Sociedad

Desarrolla UAQ variante de hongo contra plagas

Vincent Anthony Czarnowski Corona, pasante de la licenciatura en Biología de la UAQ, señaló que su tesis —elaborada con la coordinación de Ulises Esquivel Naranjo— consiste en el análisis del fitocromo, una proteína que se encuentra presente en plantas, bacterias y hongos.

En el laboratorio analizan el fitocromo, una proteína presente en plantas, bacterias y hongos, que actúa como fotorreceptor de luz. (ESPECIAL)
31/07/2017 |02:57
Redacción Querétaro
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En las instalaciones del Laboratorio de Microbiología Molecular, adscrito a la Facultad de Ciencias Naturales, ubicado en el campus Aeropuerto de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), universitarios trabajan en el desarrollo de una variación genética de Trichoderma ssp, una especie de hongo que se encuentra en los suelos y que actúa como agente de control biológico contra otros hongos como Fusarium, Phytophthora, Pythium y Rhizoctonia que afectan a las raíces de las plantas y ocasionan grandes pérdidas en los cultivos.

Vincent Anthony Czarnowski Corona, pasante de la licenciatura en Biología de la UAQ, señaló que su tesis —elaborada con la coordinación de Ulises Esquivel Naranjo— consiste en el análisis del fitocromo, una proteína que se encuentra presente en plantas, bacterias y hongos, que actúa como fotorreceptor de luz y desencadena distintas respuestas en los seres vivos como la floración, germinación y la actividad metabólica, para ver cómo es afectado el Trichoderma.

“El Trichoderma es un hongo cosmopolita; su principal aplicación es como control de los hongos fitopatógenos, es decir, que afectan a las plantas o a ciertos cultivos. Estamos caracterizando los genes que responden a la luz o fotorreceptores, ya se ha trabajado con luz azul y ahorita estamos investigando el fitocromo que responde a la luz roja”, manifestó Czarnowski Corona.

“En nuestra investigación hemos hecho mutantes del fitocromo, quitándole el gen que le permite ver la luz roja. Observamos que la diferencia con el tipo silvestre, es que cuando hacemos daño físico al micelio del hongo hay esporulación.

“En cambio, con mis mutantes hay una baja en la esporulación, entonces estamos proponiendo que el fitocromo está involucrado en las respuestas al daño provocado por exposición a los rayos ultravioleta o estrés térmico. Esto significa que si aplicamos calor a las esporas del hongo silvestre hasta 50 grados centígrados veremos que ya no le es posible desarrollarse, mientras que los mutantes de mi investigación crecen bien”, explicó el estudiante de Biología.

El objetivo del trabajo de Czarnowski, así como de otros equipos de trabajo en el Laboratorio de Microbiología Molecular es desarrollar un hongo Trichoderma modificado genéticamente, para crear un hongo “doble o triple mutante”, que al haberle hecho cambios en su genoma sea más resistente y efectivo contra las plagas.

“La intención es crear un organismo que sería capaz de desarrollarse en distintas condiciones específicas, al contrario de la variedad silvestre”, que crezca de forma más rápida y que tenga un efecto mayor sobre los hongos fitopatógenos que pueden llegar hasta devastar cultivos agrícolas enteros”, apuntó el estudiante.