Á ngela y Guadalupe, ella es habitante de El Marqués, y él vive en la capital y es ex chofer de transporte público, volverán a ver con normalidad en los siguientes días. Ayer fueron operados de cataratas que afectaban sus actividades diarias. En el caso de ella, cuidar a su madre, y él, volver a manejar, aunque por su edad sabe que será complicado.

Sentada en uno de los lugares del Auditorio del Hospital General de la ciudad, Ángela García Moreno, vive en La Piedad, en El Marqués, donde cuida a su madre, a pesar de tener muchos años, no recuerda cuántos, vive con cataratas, lo que afecta su calidad de vida.

“Llegó esta fundación [Ale] y le doy gracias a Dios. No me atrevía muy bien a ir a esto, pues vivo sola con mi mamá. Decía: Quién va a cuidar a mi mamá. De todos modos, gracias a Dios me di ánimo y fui”, narra.

Ama de casa, explica que algunas de hijas están en la Ciudad de México y una más en Querétaro, por lo que de vez en cuando la visitan, mientras que su esposo la acompañó a hacerse los estudios de laboratorio.

Con una sonrisa en el rostro, Ángela espera el evento protocolario de la campaña de cirugías, que encabezan el secretario de Salud, Alfredo Gobera Farro, y la presidenta de la Fundación Ale, Adriana Castro, termine, pues apenas concluya el acto protocolario, ella se sometará a la cirugía con la que recuperará la visión, al menos de un ojo, pues en los dos presenta el padecimiento.

“Estoy emocionada, porque voy a volver a ver un poquito. Por el ojo derecho no veo nada. Me urge que me operen”, apunta.

Ángela asegura que cualquier actividad en su vida es un desafío, pues con una visión limitada, pues cualquier tarea, por más sencilla que sea, no puede llevarla a cabo. Agrega que a ello se sumaron algunos problemas familiares, por lo que las complicaciones en su vida no han sido pocas.

Para tomar el transporte público lo hace con dificultad, “con trabajos me ando saliendo, y me da miedo pasar las avenidas, me da mucho miedo, porque a veces me mareó, pero le pido fuerzas a Dios para salir adelante”, explica.

Comenta que gracias a los programas asistenciales que se ofrecen a los adultos mayores supo de las operaciones de cataratas de Fundación Ale, por lo que sin dudarlo decidió acudir a la convocatoria y ver si podían ayudarla en su problema de salud, sin importar que le pudiera costar, pero al final no le cobraron un centavo.

Dice que tras la operación para recuperar la visión le gustaría bailar, pues desde joven es aficionada a este pasatiempo y participar en los bailes, aunque ahora con sus carencias visuales no puede salir a donde quisiera, lo que confía podrá hacer muy pronto…”primeramente Dios”.

A su lado, don Guadalupe Padilla, hombre de edad, complexión delgada, rostro amable. También será sometido a una cirugía para recuperar la visión, de manera parcial, en un ojo.

Don Lupe, ex conductor de transporte público y vecino de la colonia Comerciantes, explica que desde hace tres años dejó el volante, y vive de lo poco que le dan sus hijos, para que se mantenga con su esposa.

Al igual que Ángela, a través del programa asistencial de la tercera edad se enteró de las cirugías que de manera altruista lleva a cabo la fundación, “aunque yo ya sabía que cada año se llevan esas campañas”.

Las cataratas afectaron su vida productiva, dejó su trabajo hace tres años. Aunque tenía cataratas con anterioridad, aún podía ver, pues no le molestaba la falta de visión, podía leer.

Ahora que recuperará la visión, espera volver a trabajar en lo mismo, pues le apasiona su trabajo, pero es realista, sabe que por la edad, quizá no pueda volver a conducir un camión.

Padre de cuatro hijos, vive con su esposa, a quien afecta también su enfermedad, pues como no trabaja, sus descendientes tienen que apoyarlos económicamente para sobrevivir.

El evento está por comenzar. En la llamada “línea de honor”, Lorena Regalado de Calzada, presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de El Marqués; el secretario de Salud, Alfredo Gobera Farro; la presidenta de la Fundación Ale, Adriana Castro de Alverde, y director del Hospital General de Querétaro, Felipe Muñoz, entre otros invitados.

Mientras la presidente de la fundación dice, durante su intervención, que estos logros la llenan de felicidad y satisfacción, Ángela y don Lupe escuchan atentos y ansiosos el momento de pasar al quirófano y comenzar a operación que les cambiará la vida, que les permitirá recuperar la visión y tener un paso más seguro por el mundo.

Del mismo modo, agradeció a Karina Castro de Domínguez, presidenta del Patronato del DIF estatal, quien no pudo acudir, pero que se sumó al proyecto de manera solidaria.

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