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Con una solemne ceremonia por los 150 años del acto heroico del soldado Damián Carmona, autoridades de la 17 Zona Militar resaltaron la importancia de recordar que su ejercicio dentro de la defensa del territorio nacional ante los embates de las tropas imperiales es un ejemplo a seguir y que se mantiene vigente en la actualidad.
En el jardín que lleva el nombre del soldado potosino, muy cerca del Mercado de La Cruz y ante la presencia de alumnos de una escuela primaria del estado, el comandante Carlos César Gómez López resaltó que no deja de ser necesario difundir la entrega y valentía de Damián Carmona como una muestra de valor y serenidad en el cumplimiento del deber.
El teniente coronel del Arma Blindada, Mauricio Sánchez López, fue el encargado de la semblanza de Carmona. Recordó que su acto fue insignificante para los historiadores, al no influir directamente en la lucha; sin embargo, para la mayoría su espíritu representó el valor y serenidad del soldado mexicano de todos los tiempos.
Dijo que Carmona fue un joven campesino, nacido en un pueblo trabajador, que “se enroló en la carrera de las armas con alegría y fervor patrio”.
Fue la madrugada del 27 de abril de 1867, cuando tropas imperialistas al mando del general Miguel Miramón, rompieron el cerco y escaparon con 3 mil soldados por el cerro del Cimatario, adueñándose de la principal altura.
Por la tarde, el general Sóstenes Rocha, con la división Supremos Poderes, retomó la posición pérdida, restableciendo las líneas republicanas.
“Fue en esta fase de la lucha cuando acontece el episodio de Damián Carmona, la cual pasa desapercibida para la mayoría de los historiadores del sitio, porque la conducta observada por Carmona era tan insignificante para la estrategia general de los republicanos, que no pudo influir siquiera en la lucha; sin embargo, para la moral y espíritu del cuerpo de la tropa, representó un ejemplo de valores que distinguen al soldado mexicano de todos los tiempos”, se explicó en la ceremonia.
Al quinto batallón de San Luis Potosí le fue encomendada la tarea de cubrir la trinchera que corría del antiguo panteón de Santiago a la casa de matanza; Damián Carmona participó en las acciones para restablecer el cerco roto.
La artillería conservadora había dirigido sus fuegos a la línea de circunvalación. A las seis de la tarde, una granada explotó muy cerca de el soldado potosino por lo que fragmentos de hierro despedazar la culata de su fusil, quien en medio del humo y polvo, gritó la frase por la que es recordado: “¡Cabo de cuarto! Estoy desarmado”. Razón por la que cual le fue entregado un nuevo fusil y siguió en combate.
“Pero los gobernadores de San Luis Potosí y de Querétaro al tener conocimiento del soldado Damián Carmona, establecieron coordinación y determinaron realizar una ceremonia en su honor, en la que estuvieron presentes todas las tropas del Ejército Republicano, o por lo menos de esos dos estados”, acotó Mauricio Sánchez.
La ceremonia se realizó el 20 de junio de 1867, un día después del fusilamiento de Maximiliano de Hasburgo, en la plaza de recreo de la ciudad de Querétaro, que actualmente se conoce como Jardín Damián Carmona, quien logró el ascenso a sargento segundo.