Sociedad

Persiguen sus sueños con resistencia y fe

Un salón del Club de Industriales del estado es el lugar donde las mujeres empresarias se reúnen para celebrar la primera década de su organización

Foto: Guillermo González
26/10/2017 |02:59
Domingo Valdez
ReporteroVer perfil

Perseverancia, resistencia y fe son las coincidencias en las historias que cuentan cinco mujeres que persiguiendo sus sueños han logrado prosperar y ganarse un lugar entre las emprendedoras queretanas, de las que hablan durante la ceremonia del décimo aniversario de la Asociación de Mujeres Empresarias Capítulo Querétaro.

Un salón del Club de Industriales del estado es el lugar donde las mujeres empresarias se reúnen para celebrar la primera década de su organización, así como para dar la bienvenida a las nuevas integrantes, por méritos propios gracias a su desempeño y al de sus negocios.

Aída Mascareño Bueno, directora comercial de la empresa de logística Yako, con 12 años como empresaria independiente, narra parte de su vida, así como los problemas a los que se tuvo que enfrentar para llegar al lugar donde está.

“Vengo de una familia donde mi madre, bendito Dios, yo soy uno de sus grandes errores. Cuando ella se embarazó era muy joven, “metió la pata”. Bendita “pata que metió” porque aquí estoy gracias a su error. Con esto inicio, porque no hay errores. Lo que en ese momento parecía una mala decisión para una mujer de 17 años, para mi es un orgullo decir ahora digo qué bueno que “metió la pata”, dice.

Señala que es lo mismo en los negocios que en la vida, pues en la segunda se van a tener experiencias de fracaso, pero que al paso del tiempo son las experiencias las que llevan a saber de qué están hechas.

Narra que su madre tuvo que trabajar desde muy joven para mantener a sus cuatro hijos. En ese entorno, con una familia monoparental, lo más sencillo para ella, dice, hubiera sido victimizarse y pensar que no podría llegar a ser algo más grande, ni lograr cosas trascendentes.

“Sin embargo, algo dentro de mí siempre me llamó la atención, y decía ‘esto no puede ser’. Siempre, desde pequeña quise ser algo más. Un día llegó mi mamá con unos productos químicos para lavar las salas. Y dije ‘de aquí soy’. Me puse a vender los productos casa por casa”, narra.

Recuerda que su mamá le dijo que si vendía esos productos 10% de lo que vendiera sería para ella, aunque Aída, a sus escasos seis años, aún no sabía qué era un porcentaje y cómo calcularlo, por lo que le pidió a su maestra de educación primaria que se lo enseñara.

“Era la única persona de mi familia, éramos cuatro hermanos, que no quería estar pobre. Yo creía que había algo más y desde muy pequeña lo empecé a pensar que tenía que ver algo más”, asevera.

Su mamá, luego de que Aída vendiera todos los productos de limpieza, ya no compró más y se terminó ese negocio, pero deseaba hacer más cosas, para lograr salir de esa situación.

Decidió salir del círculo de necesidades, emprendiendo su propio negocio, haciendo del “error” de su madre, una oportunidad, pues le ha servido para darle impulso a su vida, sus acciones y, por supuesto, pensar en grande.

Cinthia Díaz, CEO de DC Media, también relata su historia, donde destaca la fortaleza de un equipo para lograr los objetivos y salir adelante. Afirma que de los más importante para salir adelante y lograr el éxito es la fe. “La fe, porque es la expectativa segura de las cosas que están por venir. No tienes idea de cómo van a suceder, no tienen color, no tienen forma, no tiene aroma, ni nombre, pero vas detrás de ellas con toda la fe.

La segunda herramienta es la voluntad. El fuego que te mueve, el amor incondicional por lo que haces y lo que quieres lograr. Ese fuego, esa llama, sube y baja de intensidad. Es eso que se ve en los ojos”. asegura Cinthia.

Patricia Ortega, CEO de Tessito, y Patricia Reza también cuentan sus historias, que se mezclan con pérdidas personales, como el caso de Ortega; perdió a su madre, con quien gustaba de tomar té. En el caso de Reza, un conflicto laboral de su padre llevó a su familia a mudarse de la ciudad y enfrentar necesidades económicas, pero que gracias a la entereza y la determinación de sus protagonistas, los sueños de desarrollo, de satisfacción y de anhelos, son hoy una realidad, en los cuales, además del crecimiento personal, crean empleos y contribuyen a la economía del estado y del país.