Del Centro Universitario partieron hacia Arroyo Seco, Landa de Matamoros, Cadereyta y Huimilpan los 90 jóvenes que integran la sexta brigada del programa de Verano Intensivo de Servicio Social Comunitario, la cual desarrolla la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con el propósito de realizar distintas labores de apoyo en siete localidades de dichos municipios, donde se prevé impactar en la vida de aproximadamente 6 mil habitantes.

Aprovechando el periodo vacacional, que dura aproximadamente cinco semanas, los estudiantes llevarán a cabo distintos ejes de trabajo: promoción artística y cultural; prevención y educación en salud; conocimiento y transformación del medio; así como conocimiento y promoción de la sociedad. Los poblados que serán beneficiados son: La Florida, Concá y El Jardín en Arroyo Seco; la cabecera municipal de Landa de Matamoros; Boxasní y Barrio de Santiago en Cadereyta; y El Zorrillo en Huimilpan.

Este programa fue creado en 2012 y su lema “UAQ, comprometida con la sociedad que le da vida” busca transmitir la esencia de esta modalidad de Servicio Social, que tiene el propósito de fomentar la solidaridad y la fraternidad con la población más vulnerable del estado, a partir de promover que los estudiantes y las comunidades convivan para compartir conocimientos y valores, y para que los universitarios tengan la oportunidad de retribuir —ya sea como prestadores de servicio social, prácticas profesionales o como voluntarios— los beneficios de formarse en la máxima casa de estudios de Querétaro.

Durante el evento de despedida, en el que se congregaron los brigadistas de las facultades de Enfermería, Contaduría y Administración, Derecho, Lenguas y Letras, Psicología, Ciencias Naturales, Ciencias Políticas y Sociales, Ingeniería y Química, el rector de la UAQ, Gilberto Herrera Ruiz, les expresó su reconocimiento “por asumir esta misión humanitaria y la responsabilidad de poner en alto el nombre de la UAQ”.

“A donde van se enfrentarán a la realidad de las condiciones de vida en la que se encuentra más de 40% de la población mexicana, población que sostiene quizás 80% del costo de sus estudios. Observen cómo está el sistema de salud y educativo, vean la gran inteligencia que tienen los niños de esos lugares y pregúntense si en esas condiciones ellos podrán acceder, como ustedes, a estudios universitarios. Y, sobre todo, tienen que preguntarse cómo podemos transformar esas realidades”, indicó Herrera Ruiz.

Confió en que la experiencia del servicio comunitario “no se va quedar sólo en un verano, sino que será una experiencia de vida y espero que genere en ustedes ese corazón generoso y solidario para que regresen a las comunidades ya como profesionistas, con el compromiso de seguir poniendo su trabajo al servicio de esas poblaciones para devolverles lo mucho que nos dan como universitarios”.

Carlos Antonio Guerra González y Mariana Rocha Becerril, estudiantes de Ingeniería en Automatización y de la Licenciatura en Nutrición, coincidieron en su inquietud por compartir sus conocimientos y entusiasmo por tomar la oportunidad de hacer esta labor social, conscientes de que saldrán de su zona de confort y dedicarán sus días de descanso a una actividad loable, que requerirá de ellos toda su capacidad, inteligencia y empatía con la población y sus propios compañeros.

El director de Vinculación Social y responsable del programa, Gonzalo Guajardo, señaló que los 90 jóvenes que tomaron esta opción representan la vanguardia de los 3 mil 200 alumnos que, en promedio, realizan servicio social cada año.

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