Sociedad

Género que nace del mestizaje instrumental

El término mariachi es de origen incierto. Hay quienes afirman que se trata de una palabra mestiza formada por el

El traje de charro comienza a usarse a principios del siglo XX (DEMIAN CHÁVEZ. EL UNIVERSAL)
15/09/2016 |00:17
Domingo Valdez
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El término mariachi es de origen incierto. Hay quienes afirman que se trata de una palabra mestiza formada por el castellano “María” y el coca shi “son”, que se refiere a las letras (en honor a María) y música (sones) que los habitantes de Cocula crean para adorar a la Virgen de la Pila (la Inmaculada Concepción), llevada a tal territorio por Fray Miguel de Bolonia en 1528.

Una segunda versión indica que viene del francés marriage, “matrimonio”, que durante la llamada Guerra de los Pasteles (1838-1839) era la manera en que los franceses designaban no sólo las bodas en México, sino a la música de las celebraciones.

Sea cual sea el origen de la palabra, lo cierto es que el mariachi nace de la fusión de caracolas, teponaztlis, huéhuetls y flautas con guitarras y violines. En tanto se dio ese mestizaje instrumental, en 1695, inventaron la vihuela en Cocula y, con posteridad, el guitarrón, que sustituyeron al laúd y contrabajo españoles, respectivamente.

Para la década de los 30 del siglo XIX había en Cocula al menos dos mariachis, el Coculán y el Chivatillo, de los que surgió el Mariachi Salinas, patriarca de los grupos de cuerdas que tocan música vernácula, por sus instrumentos: un guitarrón, dos violines, una vihuela y una chirimía.

Para finales del XIX fueron varios los mariachis que se dieron a conocer en Cocula y Tecalitlán. Se dice que en 1896 el mariachi llegó a la Ciudad de México en cuerdas y voz del grupo de José García. A principios del XX, el mariachi de Cirilo Marmolejo impuso el traje de charro en su conjunto musical y, a partir de entonces, varios grupos lo imitaron. El porfiriato y el consustancial afrancesamiento nacional no fue una buena época para el mariachi, ya que, al igual que el tequila, se le consideró propio de la plebe, populacho o clases bajas; sin embargo, la historia registra un par de ocasiones, en 1905 y en 1907, respectivamente, en las que Porfirio Díaz celebró con música de mariachi: la de su onomástico y otra en honor al secretario de estado norteamericano Elihu Root.

Con la Revolución, el corrido se convirtió en el arma musical del movimiento, lo que, a la postre, nutrirá de letras al mariachi. Una vez pacificado el país, se empezaron a filmar las llamadas “películas rancheras”, donde el mariachi ocupó un sitio de honor.

Para los años 30 la agrupación de Marmolejo introdujo la trompeta y, en 1936, el aún candidato a la Presidencia de México, Lázaro Cárdenas, invitó al mariachi Vargas de Tecalitlán (fundado en 1898 por Gaspar Vargas) a su campaña electoral, dando por resultado una revaloración del género; el grupo de los Vargas (que en la actualidad va por la quinta generación) se convirtió en modelo a seguir por propios y extraños (se sabe de agrupaciones con características de mariachi en distintos países e, incluso, idiomas).