Los agentes de inmigración de Estados Unidos detuvieron la semana pasada a 680 inmigrantes en la primera tanda de redadas de la presidencia de Donald Trump, informó hoy el Gobierno estadounidense, que defendió que las operaciones se centraron en individuos que supusieran "amenazas a la seguridad pública".

El secretario de Seguridad Nacional de EU., John Kelly, dio la cifra de detenidos en un comunicado, y subrayó que "aproximadamente el 75 por ciento" de los 680 eran "inmigrantes criminales".

Esos "criminales" estaban "condenados por distintos delitos, entre ellos homicidio, abuso sexual con agravantes, asalto sexual a un menor, actos lascivos o indecentes hacia un menor, narcotráfico, agresión física, asalto, manejar bajo la influencia del alcohol y cargos relacionados con armas", afirmó Kelly. "Estas operaciones se dirigieron a (detener a individuos que representaran) amenazas a la seguridad pública, como inmigrantes criminales con sentencias en su contra y miembros de bandas criminales", subrayó Kelly. Además, las operaciones buscaban detener a "individuos que han violado las leyes de inmigración de nuestro país, incluidos los que volvieron a entrar ilegalmente al país después de ser expulsados y a fugitivos a los que jueces federales de tribunales migratorios habían ordenado deportar", agregó.

Los más de 680 detenidos por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) "presentaban una amenaza a la seguridad pública, la seguridad fronteriza o la integridad del sistema migratorio de EU.", insistió el jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Kelly insistió en que el ICE, una agencia que depende de su Departamento, lleva "muchos años" desplegando "de forma regular" ese tipo de redadas.

Añadió que Trump ha instruido a sus agencias a "centrarse en deportar a inmigrantes indocumentados que han violado las leyes de inmigración, con un enfoque específico en los que presenten amenazas a la seguridad pública".

"Estos profesionales han arriesgado sus vidas para proteger a nuestras comunidades y nuestro país", aseguró Kelly sobre los agentes del ICE. Kelly no precisó cuántos de los inmigrantes detenidos han sido o serán deportados y cuántos de ellos se enfrentarán a procesos penales en Estados Unidos.

Según cifras difundidas hoy por el ICE, 235 de los detenidos se encontraban en los estados de Illinois, Indiana, Wisconsin, Kentucky, Kansas y Misuri, y entre ellos, 163 tenían condenas criminales previas.

Otros 190 fueron detenidos en Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur; mientras que 161 más fueron arrestados en Los Ángeles (California); otros 41 lo fueron en Nueva York y a 28 más los detuvieron en el área de San Antonio (Texas), precisó ICE.

Grupos de defensa de los inmigrantes han denunciado que las redadas se están cebando también con indocumentados que no han cometido faltas graves.

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