Eloísa, Benita y Erika son madres de familia y saben que este año que apenas comienza pinta bastante complicado. Son tres voceras de la realidad que atañe a miles de queretanos y en general a los mexicanos: todo sube y ya no alcanza.

Ellas, como buenas conocedoras y administradoras del hogar, reconocen que poco a poco han sufrido los aumentos de precios, tras dispararse el precio de la gasolina desde los primeros minutos de 2017.

Ocho días después del incremento, y también tras el gasto que representó el Día de Reyes, destinan el primer domingo del año para visitar el Mercado de La Cruz, donde hacen algunas compras para la semana que está por comenzar, en la que empieza a normalizarse la cotidianeidad de la sociedad pero también será cuando se resienta un poco más el incremento del precio de todos los productos y servicios que se utilizan con normalidad.

Ellas saben lo que significa estirar el gasto para que rinda más, todo por el bien familiar.

Madres, amas de casa, trabajadoras, acceden a platicar con ésta casa editorial que paseó por los pasillos del lugar, en el que no se observa tanta gente como en semanas anteriores.

Un domingo para conocer tres visiones distintas que enfrentan lo mismo. Todas con la constante esperanza de que mejore la situación, sin embargo las tres mujeres, amas de casa, se preparan para un escenario crítico y complicado como cabezas de familia.

Prepararse ante la situación. El primer local que Eloísa Mendoza visitó al llegar a La Cruz fue la carnicería. Platicó que en lo que menos se escatima en su casa es en el alimento, pues es madre de seis hijos, así que alrededor de 30% de su ingreso mensual va destinado solamente a este rubro.

Aparte paga los demás servicios como luz, agua, predial, etcétera.

Sin embargo, ella cree que de alguna forma el alza en el precio del combustible podría ser el pretexto perfecto para los comerciantes para que eleven sus precios.

“Siento que se pondrá muy difícil la situación porque mucha gente lo usa de pretexto, algunos comerciantes lo ponen como pretexto para subir sus precios y entiendo que utilicen gasolina para traer sus productos pero a veces es muy desproporcionado ese aumento, en este caso, los que somos de clase media somos los más afectados”, comentó.

Sin duda, aumentos con los que ve afectada su cartera, pues con seis hijos “esto sí creo que nos pegue”. Es alrededor de 30% del ingreso lo que destina para la alimentación, y para encarar este tipo de crisis económicas prescinde con su familia de salidas que le representen un gasto mayor.

“Digamos que para salidas y cosas recreativas ya nos restringimos un poco, casi no vamos a lugares de comida rápida, por ejemplo McDonalds o Burger King, trato de hacérselos en casa para no privarlos por completo de todo, pero digamos que sólo en cumpleaños o fechas especiales”, agregó.

Como madre y cabeza de familia, no puede paralizarse ante la crisis que se vive actualmente, por lo que consideró que las amas de casa deben hacer maravillas para que les siga alcanzando el gasto ante tanto aumento.

“Algo que tiene el mexicano es mucho ingenio y creo que eso nos ayuda bastante, pues si eso lo aplicamos a la hora de hacer la comida podemos hacer que rinda más, con más verdura o cosas más económicas, pero también debe haber más ingenio para que entre dinero en las casas, creo que todos tenemos la capacidad de hacer algo, crear algo, que nos pueda complementar un ingreso”, explicó Eloísa, quien todavía acepta que está “escandalizada con el Día de Reyes”, pero que aún no encontró los precios tan elevados en este inicio de año en La Cruz.

Una mujer que entre las principales cosas que cree necesarias para encarar la actualidad económica del país, está “evitar el conformismo, algo que creo nos ayudará a despertar de la situación en la que estamos ahorita”.

Restricciones necesarias. Doña Benita Isidro camina por pasillos del mercado. Lleva en sus manos dos bolsas de plástico con el mandado para la semana. “Más verduras que carne”, afirma, pues “ya estamos viendo que nos empieza a ir mal, todo está subiendo”.

El año que comienza y los incrementos de precios, han hecho que “muchas veces nos tengamos que restringir de muchas cosas a las que estamos acostumbrados, pero la verdad la situación se viene muy crítica”, reconoció.

La señora Isidro Sánchez compartió que ella destina alrededor de 6 mil pesos mensuales para todos los gastos que se pagan en su casa, incluidos servicios y alimentos.

“La verdad uno a veces ve algo que le gusta, una prenda o algún antojo, pero se restringe porque uno no puede gastar más de lo que tiene, así que eso es lo que destino para mi gasto y aunque se sienta mal, uno no puede dejar de trabajar”.

“No tengo un esposo que me ayude, soy viuda y tengo tres hijos que están estudiando”, añadió, por lo que en estos momentos doña Benita es el único sustento familiar. El ingreso que obtiene, lo consigue al desempeñarse como empleada de una maestra de universidad, como cuidadora de sus hijos en lo que ella da clases.

“Y apenas sale, porque muchas veces hasta el transporte está de la fregada y no se paran los camiones por lo que uno tiene que pagar taxi para llegar a casa, que tampoco son nada baratas las dejadas ya, en fin, por todos lados se siente difícil la situación, que creo pasará bastante tiempo para que se normalice.

“Muchas veces no hay que comprar carne para que rinda el gasto, ahorita llevo más verduras que carne, no hay de otra, hay que restringirnos para sobrevivir”, comenta.

“Aunque quiera, no puedo subir sueldos”. A la empresaria y madre de familia Erika Álvarez, la noticia del incremento en el precio de la gasolina la agarró de vacaciones.

Estaba en una playa mexicana con su esposo e hija, cuando se enteró tanto del incremento, como del desabasto que se generó, por lo que emprendió su regreso a Querétaro por carretera.

Sólo encontró gasolineras cerradas en Jalisco y parte de Guanajuato, pero su viaje de vacaciones tuvo que recortarlo dos días por la incertidumbre en torno a la falta de combustible.

El último día del año pasado, ella ya venía de regreso. “Teníamos temor de que nos quedáramos varados en el camino”.

Desde ahí supo que el comienzo de 2017 no sería nada sencillo.

“Aparte, ya se dijo que el próximo mes habrá otro aumento, así que sí hay alarma, pues como empresaria he podido ver cómo le ha pegado esta situación a mis empleados”.

Las peticiones de aumentos de sueldo no han faltado para Erika, cuando hace apenas un año atrás, a principios de 2016, hizo ajustes a su nómina.

“No puedo, aunque quiera subir los sueldos, ya que no podemos subir los precios del servicio que ofrezco, porque finalmente también hay mucha competencia y podemos perder clientes, entonces es una cadena que nos afecta a todos”, expresó.

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