Se estima que alrededor de 3 mil queretanos son adictos a la heroína, indicó el director del Centro Estatal Contra las Adicciones (CECA), Guillermo Tamborrel, quien dijo que, a la par del consumo de esta sustancia, quienes la consumen pueden adquirir otras enfermedades, como hepatitis o VIH.

Apuntó que la heroína se consume por miligramos, lo que significa que un exceso en la dosis puede provocar la muerte; además, es una sustancia que inhibe el proceso natural de la respiración, por lo que un consumidor puede estar en un momento eufórico, pero después provoca somnolencia y, en ese momento, se les puede “apagar” la respiración y morir.

Recordó que en Estados Unidos se reportan 10 mil muertes anuales por sobredosis y su consumo.

Precisó que los datos más recientes, que arrojará la Encuesta Nacional de Adicciones 2016, la cual terminó hace unas semanas, se darán a conocer en julio de 2017.

Con la información se podrá saber con certeza cuántos queretanos son adictos, sus edades y localidades.

“Lo que venimos observando en Querétaro es que los adictos a la heroína, lamentablemente, eran adictos rechazados, desconocidos por todos. Nuestros protocolos en nuestros centros de atención primaria contra las adicciones nos impiden tratarlos, porque el tratamiento de la adicción a la heroína implica la presencia de un médico que le tiene que estar suministrando fármacos, para que la disminución se haga paulatina, sino el síndrome de la abstinencia es terrible y los puede llegar a matar o a sacar de sí”, explicó.

Adelantó que están por cerrar un acuerdo con el Centro Estatal de Salud Mental para que las personas adictas que soliciten ayuda puedan ser tratadas en la entidad, lo que no ocurría.

Tamborrel informó que la semana pasada ya se brindó un curso de toxicología a médicos y que la siguiente semana se llevará a cabo otro en la capital del estado, para que los profesionales de la salud sepan atender las crisis de los heroinómanos.

Subrayó que les preocupa que en estas fechas, cuando muchos migrantes regresan a la entidad, puedan presentarse algunos casos de adicción a la heroína entre los mismos y pudiera invitar a otros familiares a consumirla.

“Es importante que todos los consumidores o posibles consumidores sepan del riesgo que están corriendo”, enfatizó, al tiempo que dijo que el costo de una dosis (dos miligramos) suele estar en los 250 pesos y es común que se consuman dos o tres por día, lo que representa un gasto de entre 20 y 30 mil pesos mensuales.

Precisó que en los centros de salud no hay cifras de personas que llegan con sobredosis de heroína, pues muchos mueren por paros respiratorios, por lo que es necesario capacitar a los médicos para reconocer a un adicto.

Puntualizó que, al ser una droga inyectable y al compartir las jeringas entre adictos, se corre el riesgo de contraer enfermedades como VIH o hepatitis. Añadió que, a pesar de que la heroína que se vende en el país es de mala calidad y los adictos prefieren fumarla, el riesgo del contagio de enfermedades está latente.

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