Valeria Silva Feregrino es una niña queretana que tiene cuenta de ahorro en la Caja Popular Mexicana (CPM). Ella diseñó un proyecto para fabricar lapiceras a base de tubos de PVC con el objetivo de venderlas y ofrecer un producto económico que no afecte el medio ambiente.

La CPM busca despertar el espíritu de emprendedurismo en los niños y jóvenes ahorradores, por lo que los capacita e incluso apoya económicamente a proyectos destacados. El objetivo es inculcar en los niños y jóvenes de México el valor del trabajo, el ahorro y la correcta administración de los recursos financieros.

Valeria cuenta con orgullo que en su pequeña empresa ya se han fabricado las primeras lapiceras, con diseños y estampados variados. Todos los productos son elaborados por ella y busca colocarlos en el mercado.

El proyecto aún está en etapa de pruebas, pero no duda que en los próximos meses ya puedan venderse los primeros productos.

“Nos enfocamos en la comunidad estudiantil, queríamos realizar un producto que fuera sustentable y económico. Mediante una lluvia de ideas, concluimos que debíamos fabricar unas lapiceras con tubos de PVC, obviamente con diferentes diseños para personas de distintas edades, para que todos pudieran usarlas.

“Es un proyecto que aún se está desarrollando. Queremos que las personas que no tienen suficientes ingresos tengan productos de buena calidad y a un precio más económico, además le estamos dando un buen uso a este material que a veces se desecha. Por ahora, pensamos sólo en hacer lapiceras, pero queremos fabricar nuevas cosas que sirvan para ir a la escuela.

“Ya diseñamos varias lapiceras, nada mas nos falta detallar aspectos para la venta”, comentó la chica de 15 años de edad.

La jovencita queretana, originaria del municipio de Corregidora, participó en el Encuentro Nacional de Jóvenes Ahorradores 2018, llevado a cabo en San Luis Potosí y organizado por la Caja Popular Mexicana. Al evento asistieron 150 niños de distintas entidades del país, como Eduardo y Javier, jóvenes ahorradores que también realizaron proyectos para mejorar a su comunidad de origen.

En el caso de Eduardo Orea, quien viajó a San Luis desde Coatzacoalcos, elaboró un proyecto sobre reciclado de materiales para crear productos sustentables, venderlos y ayudar a asociaciones civiles. Javier Ulises Velázquez viajó desde Nayarit y desarrolló un proyecto de hidroponía para tener un cultivo de alimentos sin necesidad de tierra, pues sólo se requiere un poco de agua.

Según Álvaro Ernesto Guevara, gerente de Educación Cooperativa de la CPM, actualmente se tienen 25 proyectos activos, es decir, pequeñas microempresas que fueron creadas por niños ahorradores de la cooperativa.

Las temáticas más comunes, señala, son reciclado, diseños en textiles y elaboración de alimentos.

Los mejores proyectos son apoyados por la Caja Popular Mexicana con premios de hasta 5 mil pesos en especie, para que los niños y jóvenes puedan desarrollar sus proyectos y convertirse en pequeños empresarios.

arq

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