E l trabajo entre las personas con discapacidad es algo utópico, ya que no todos tienen acceso a las fuentes laborales; además, hace falta que no sólo las empresas sean responsables socialmente, pues en ocasiones los mismos empleados no son incluyentes, aseguró la coordinadora de la Red de Discapacidad del estado, Lorena Sandoval Soto.

“El empleo para una persona con discapacidad es utópico. En general las empresas que son socialmente responsables sí hacen su trabajo y contratan a personas con discapacidad, principalmente física, esto es, que puedan usar las manos para ser obrero y hacer manufactura, pero para una persona con parálisis cerebral nunca va a existir el acceso, pese a que la persona pueda hablar o puede comunicarse, pero sus extremidades no pueden utilizar ciertas cosas”, indicó.

Apuntó que cuando van con una persona con discapacidad visual es lo mismo, pues tienen mucha trabas; incluso, comenta que han sabido de casos de invidentes a quienes sus propios compañeros les ponen cosas en el camino y son objeto de burla.

“Es una situación difícil, porque las personas en la sociedad no tenemos la cultura del respeto, ya ni siquiera hablamos de las personas con discapacidad, sino el respeto a todos, porque en medida que tú respetes esas cosas quedan de lado”, sostuvo.

Señaló que las organizaciones de la sociedad civil se quieren quitar la etiqueta asistencialista para ser asistidos, es decir, que a una persona con discapacidad no baste sólo con darle una silla de ruedas, una despensa, mejor dirigirlos a las organizaciones.

“Que reciban una atención integral, que tiene que ver con terapia física, terapia del lenguaje, técnicas de alimentación, sensoramas, entre muchas otras cosas. Igualmente, aprender códigos de comunicación, para que culmine con la inclusión a la sociedad. Hay mucho trabajo que realizar de la mano del gobierno”, mencionó Sandoval Soto.

Apuntó que ven como un sueño el día en que todos los espacios públicos puedan ser utilizados por todos, sin limitantes y barreras, ya sea con o sin discapacidad, pues al hacer estas cosas “especiales” para personas con alguna limitación física o mental ya se hace una diferenciación.

Agregó que una parte fundamental es también el acceso a la justicia, pues en las agencias del Ministerio Público no hay traductores del lenguaje de señas o personal que esté capacitado para recibir sus denuncias cuando son víctimas de algún delito.

“Es difícil el acceso a la justicia, desde que no estamos preparados para la atención a las personas con discapacidad. Si se llega a una agencia del Ministerio Público ahora se ve que es más fácil acceder a esos edificios, pero no cuentan con un traductor… qué pasa con las personas con discapacidad que aunque puedan hablar o tengan parálisis cerebral a veces no son bien atendidos”, precisó.

Añadió que cuando llegan ante los juzgados son tratados de “enfermitos” o “pobrecitos”, cuando lo que quieren es tener acceso a la justicia como cualquier ciudadano del país.

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