Aprovechando el Sábado de Gloria cientos de queretanos acuden a almorzar o hacer sus compras a los distintos mercados de la ciudad. Familias completas acuden a los centros de abasto, para pasar un rato agradable.

Es media mañana en la capital queretana. Las calles durante el Sábado de Gloria lucen poco transitadas. Los pocos queretanos que salen antes del mediodía dirigen sus pasos a mercados y restaurantes, para almorzar o hacer las compras para la comida.

De los lugares favoritos de los queretanos es el mercado Hidalgo, donde su zona de comida, con sus tacos de moronga, consomés, tacos de barbacoa o desayunos naturistas, acompañados con jugo o licuado, es muy socorrida por las familias que no quieren preparar alimentos.

No sólo los queretanos “caen” al mercado Hidalgo. Muchos turistas que en estos días visitan la capital queretana, por recomendación de alguien o por suerte, llegan al mercado, donde aprovechan para probar la comida típica queretana, acompañada por un café de olla o un jugo de naranja.

El mercado Hidalgo es famoso por su comida y porque muchos de los locales son ya tradicionales, con varias generaciones de clientes.

Además de la comida, como cualquier mercado, ofrece diferentes productos, desde frutas y verduras, hasta cárnicos, sin que falten las pequeñas comerciantes que ofrecen sus hortalizas en pequeñas cantidades y en montoncitos sobre un plástico tendido en el suelo.

Otra de las ventajas de visitar el mercado es que la zona está rodeada de locales comerciales que ofrecen diferentes productos. El mercado está rodeado de pollerías, pastelerías, tiendas de ropa, productos lácteos, misceláneas, carnicerías, entre otros negocios ubicados sobre la calle de Hidalgo o Ezequiel Montes. Ropa, telefonía, artículos deportivos, sastre y un local dedicado especialmente a la venta de navajas y cuchillos.

Más lugares.

Otros queretanos dirigen sus pasos a otros mercados, como La Cruz, donde el sábado se instala un tianguis, se pueden encontrar diferentes artículos y productos, incluyendo ropa. En este sitio quienes llegan tienen opciones que van desde los mariscos, tacos de barbacoa y montalayo, tacos de guisados, gorditas, pan, además de tener opciones de comprar lo necesario para hacer el almuerzo en casa.

La Cruz es dos mercados en uno. En el día es el clásico mercado, pero de noche, Garibaldi se convierte en un sitio único, con gran variedad de platillos y comida, para satisfacer a los paladares más exigentes.

Menudo, pozole, tacos al pastor, de suadero, bistec, carnitas, guajolotes, enchiladas queretanas, tostadas… de todo para todos los gustos. Pero en el día, los puestos de comida se confunden con los de mercancías generales.

Así, el local de desayunos que ofrece baguettes, sándwiches, café, jugo y leche, se ubica rodeado de locales de carnes, pescados y mariscos, así como jugos y licuados. En otro costado están los locales de tacos de guisados, barbacoa y carnitas, también los de pan, que ofrecen su mercancía aún caliente.

De todo un poco

Para quienes gustan de los placeres de preparar los alimentos, en La Cruz se pueden encontrar todos los ingredientes para preparar el almuerzo para la familia. Lácteos, frutas y verduras, carnes de todo tipo, tortillas recién hechas. Hay de todo un poco.

Un extra de La Cruz son sus puestos de frutas y verduras, un placer a los sentidos, pues además del colorido de los productos de la tierra, los olores de los mismos invaden el lugar. Plátanos, melones, papayas, manzanas, desprenden sus olores, despertando el gusto por los frutos. La mejor recomendación para adquirirlas.

En uno de los estacionamientos de La Cruz se puede encontrar al vendedor de tamales, de cocteles de frutas, incluso al pajarero que ofrece aves canoras en jaulas de madera y alambre, algunas incluso de especies protegidas.

Distinto en esencia, igual en formas, el mercado del barrio de El Tepetate, en ese populoso y tradicional barrio, tiene su propia esencia, sabor y estilo. Ahí no sólo la comida y las mercancías generales. Llegar al mercado es también una oportunidad de compra. Si se llega en transporte público, desde avenida Corregidora, caminar hacia el mercado ofrece, de inicio, la posibilidad de comprar desde pantalones “de marca” a precios accesibles, hasta herramientas de segunda mano.

Caminar por las calles del barrio de El Tepe es un adentrarse en uno de los sitios con más tradición y pintoresco de Querétaro, con sus calles llenas de comercios, una señora en una esquina vendiendo gorditas de migajas, con maíz quebrado, acompañadas de nopalitos o algún guiso.

Antes de llegar, el visitante puede haber hecho totalmente sus compras, pues los puestos cercanos al mercado ofrecen de todo, desde abarrotes en general, hasta frutas, verduras, carnes, productos de limpieza, que son ofertados por los comerciantes voz en pecho.

Los clientes pueden hacer sus compras o almorzar al ritmo de la música, alguna de la cual terminará siendo de su gusto. No falta en este mercado la venta de ropa usada o de paca, zapatos, discos, películas y, algo peculiar, una de las pocas carbonerías que quedan en la ciudad de Querétaro.

Uno de los atractivos de este mercado son los puestos de tacos y comida que ofrecen sus viandas a los clientes. No todos descansan, la mayoría de los comerciantes trabajan, pocos son los que no abren sus puertas en los días santos.

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