Querétaro es el séptimo estado con estadísticas de homicidio más confiables, revela el estudio que denominado Fallas de Origen, que ayer presento el centro de análisis México Evalúa.

El estudio, explica, se hizo debido a que dos de cada tres gobiernos estatales en México no cuentan con datos precisos sobre los homicidios que se cometen anualmente, es un estudio único en su tipo que, dijo, permite identificar los errores y omisiones en los recuentos de homicidios reportados por las 32 fiscalías de justicia del país.

Los siete estados mejor evaluados son Sonora (9.86), Yucatán (9.81), Campeche (9.69), Zacatecas (9.65), Chiapas (9.47), Morelos (9.40) y Querétaro (9.39).

Mientras que las cinco entidades peor evaluadas son Tamaulipas (5.08), Tabasco (5.75), Guanajuato (6.84), Puebla (6.90) y Oaxaca (6.90).

El estudio documenta cómo la clasificación errónea, el subreporte y la reclasificación intencional de datos delictivos –el maquillaje de cifras– son reflejos indiscutibles de la debilidad institucional que vive el país.

“Un gobierno que trabaja con datos imperfectos no será capaz de generar un diagnóstico acertado y soluciones precisas para contrarrestar la ola de violencia que azota a México. Tenemos que lograr que cada víctima de homicidio cuente”, expone.

Como un elemento adicional a la edición 2020 de Fallas de origen, las fiscalías del Estado de México y Querétaro abrieron sus puertas para identificar algunos de los procesos internos que están llevando a cabo para mejorar la calidad de sus estadísticas delictivas, lo que permitió identificar buenas prácticas replicables por otras entidades

En caso de Querétaro, refiere el estudio, se tiene Cosmos, modelo que articula todo el sistema de justicia de la entidad.

El Sistema Informático Único (SIU) permite un mejor intercambio de datos e información sobre la comisión de delitos y faltas administrativas.

El fiscal decisor, explica, funge como un ‘filtro’ para recibir las denuncias; activa a los diversos actores de la investigación penal —peritos, policías de investigación— y canaliza los delitos a unidades especializadas, en donde son atendidos por fiscales y personal apto para un perfil de delito en particular.

Asimismo, el fiscal que inicia la carpeta de investigación es el único que puede terminar el proceso de investigación penal. No hay cambios de fiscales durante la investigación. Este proceso permite que haya un seguimiento puntual, añade.

También destaca en Querétaro el uso de tabletas para recibir las denuncias ciudadanas en el lugar de los hechos, pues ello agiliza la investigación de los delitos, y contribuye a tener datos de mayor calidad.

Tras revisar el sistema implementado en Querétaro, México Evalúa recomienda a otras entidades analizarlo para ver qué puntos podrían replicar.

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