Más de 30 mil unidades de alcohol son las que se han decomisado en la capital queretana en este año; 20 mil fueron en un mismo aseguramiento, informó José Ledezma Barragán, titular de la Dirección de Inspección en Comercio y Espectáculos del Municipio de Querétaro.

De confirmarse la transgresión a la normatividad, la cifra superaría a las más de 21 mil unidades que se incautaron en el periodo comprendido de 2017 a 2020.

El funcionario municipal explicó que todo el material se aseguró tras la inspección a diferentes establecimientos, ya que la dirección se encarga exclusivamente de analizar si cuentan con permiso para ofrecer bebidas alcohólicas.

En ningún momento se detienen a revisar si se trata de bebidas originales o adulteradas, eso correspondería a la Secretaría de Salud.

No somos peritos en ese sentido [para determinar si son adulteradas]; podemos suponer, por el lugar en el que los aseguramos y porque no vienen con etiquetas.

“En ocasiones son bebidas como pulque o aguardiente, que no traen marca; fuera de ahí, no podríamos decir que todo o algún porcentaje fuera adulterado. Puede ser adulterado, claro, pero no lo podríamos manejar con esa certeza”, indicó Ledezma Barragán.

Dijo que sí existen zonas con mayor incidencia, como las delegaciones Santa Rosa Jáuregui y Felipe Carrillo Puerto, que destacan por sumar la mayor cantidad de negocios en los que se realizan decomisos.

Procesos

Los procesos legales pueden prolongarse meses, al concluir se regresa la mercancía o se ordena su resguardo para la posterior destrucción.

En este último caso, se impone una sanción económica de mínimo 301 veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que corresponde a 26 mil 975.62 pesos.

“Son procedimientos abiertos, hasta que concluyamos el margen que nos marca la ley, que es entre seis meses y un año, haremos una próxima destrucción”, remarcó Ledezma.

La declaración la emitió dentro del protocolo para la destrucción de 21 mil 661 unidades decomisadas, mismas que se habían almacenado en la bodega de la dirección.

Apuntó que la destrucción se realiza de manera coordinada con la Secretaría de Servicios Públicos Municipales.

Este producto, en términos de la Norma [Oficial] Mexicana, tiene que ser destruido.

“Estamos realizando esta acción en conjunto con Servicios Públicos Municipales. Lleva todo un procedimiento: se le da vista al Órgano Interno de Control, se le informa a la Secretaría de Administración y en coordinación con Servicios Públicos se va a proceder a la destrucción”, explicó Ledezma.

Una vez que se autoriza la destrucción, el material se lleva al relleno sanitario para que vidrio y aluminio puedan reciclarse, mientras que el líquido sólo se desecha.

Destacó que la denuncia ciudadana ayuda a detectar establecimientos con venta clandestina, toda vez que hasta 50% de los decomisos se generaron gracias a que la ciudadanía alertó de los hechos.

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