Un par de pipas cisterna que transportaban en conjunto unos 30 mil litros de combustible robado, fueron aseguradas en las inmediaciones del municipio de Corregidora, además también se detuvieron a los conductores de las unidades.

La mañana de ayer, el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) del estado de Guanajuato emitió una alerta a la central del Centro de Comunicación, Comando y Cómputo (C4) de la demarcación queretana en la que se indicaban que dos pipas, con capacidad de 15 mil litros de combustible cada una, avanzaban sobre la carretera libre a Celaya, en dirección a Querétaro, mismas que llevaban carga de combustible robado de ductos de Pemex.

Lo anterior generó un operativo de búsqueda, en el que se localizó a una de las cisternas cuando circulaba sobre Paseo Constituyentes, a la altura del puente a Los Olvera. Ahí se le marcó el alto al conductor, mismo que no pudo acreditar el origen legal del combustible y se le aseguró.

Asimismo, en la comunidad de Los Ángeles, a la altura de la subestación eléctrica, se localizó a una pipa de similares características, que circulaba por el camino que comunica con Lourdes. También los uniformados detuvieron al conductor por no tener la documentación de la compra legal del hidrocarburo.

Tanto los conductores, así como las pipas y el combustible, fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal en la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) para deslindar responsabilidades, además de que elementos de seguridad física de Pemex apoyaron en el operativo de traslado de las unidades de carga.

Riesgos por traslado y almacenamiento de combustible robado. Dentro de las estrategias que utilizan los chupaductos para poder colocar el combustible robado, está el traslado a casas que funcionan como centro de almacenaje de los hidrocarburos.

No obstante, estas situaciones representan un riesgo en sí, ya que no se cuenta con la infraestructura para guardar de manera correcta el hidrocarburo y evitar la evaporación, pues es volátil y susceptible a flamazos.

Razón por la cual autoridades municipales y estatales no quieran el dedo del renglón para que se trabaje de manera conjunta con la paraestatal para detener estas prácticas en el estado.

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