Un aroma singular se respira en las inmediaciones de la Central de Abastos de Querétaro. Penetrante, inmundo, que para muchos de los locatarios y visitantes ya no representa ninguna molestia, pero que sigue siendo una de las problemáticas más severas del lugar.

A pesar de la acumulación de basura dentro y en los alrededores del mayor centro de venta de diversos productos, como frutas y verduras, granos, semillas, todo tipo de carnes, plásticos y enseres menores, las personas que realizan sus compras en el lugar prefieren aguantar la situación, debido a un ahorro en la economía familiar de hasta 50%, en comparación de la adquisición de mercancia en un supermercado o misceláneas.

Aunque la apariencia y la limpieza no es la mejor, José Juan Piña realiza sus compras en la Central de Abastos desde hace 12 años, el beneficio económico es el que lo lleva a hacer a un lado esta problemática.

“Sí es una problemática grande, porque genera otro tipo de infecciones, además de ratas y cucarachas, que pueden perjudicar la salud de las personas, y pienso que como la mayoría es basura orgánica se puede ocupar para composta o generar ingresos a los mismos locatarios”, dijo durante el recorrido que EL UNIVERSAL Querétaro realizó en el mercado principal del complejo comercial.

“El demás desecho es cartón, plástico, madera, cosas que se pueden reciclar, creo que sería importante para el municipio poner mayor atención en esta área que es el centro de compras de mucha gente y de los mismos restaurantes de la ciudad”, comentó.

El señor Juan José, sicólogo de profesión, aceptó que es algo que siempre ha visto desde que decidió hacer su despensa en la Central de Abastos. “Siempre está así, hasta parece una tradición”, comentó irónico.

Sin embargo, el ahorro que genera comprar ahí, hace que el también padre de familia haga a un lado la suciedad del sitio, que lo convierte en un foco de infección.

“Por la situación en la que estamos, en que la economía está difícil, pues todo sube, menos el sueldo, hay veces que uno tiene que optar por eso, dejando de lado la insalubridad que puede haber, ya que uno llega a su casa a lavar y desinfectar las cosas, puede ser un poco molesto el olor, pero venir tiene sus pros y contras”, añadió.

Además, señaló la problemática para encontrar espacios para estacionarse cuando visita la central.

“Es otro punto difícil, encuentras lugar por suerte. Hay un estacionamiento que tiene un precio razonable, que te cobran una cantidad por todo el tiempo que quieras estar, pero hay veces que uno mismo busca lo más fácil, que es estacionarse afuera y ahí uno puede tardarse de 20 a 30 minutos y no necesariamente cerca de donde acostumbras a hacer tus compras”, mencionó el comprador.

Querétaro se ha convertido en un estado atractivo para la comunidad extranjera que busca un lugar donde vivir, es el caso de David Gallegos, que llegó de Chile hace seis años y que trabaja en el rubro de la informática.

“Se ve bien feo, no me gusta cómo se ve, sobre todo porque ahora tengo visitas de otro país y la apariencia deja mucho que desear, está muy sucio, pero lo soportas porque los precios son baratos”, comentó.

“Es complicado, se ve desordenado, inseguro y feo, pero por el precio económico que encontramos es que venimos, aunque no hay justificación, podría verse bien y seguir siendo barato, el municipio tiene que ver esto, porque es algo a lo que uno nunca podrá acostumbrarse”, afirmó.

Para David Gallegos, la situación tendría que ser atendida por las autoridades gubernamentales, ya que él prefiere ir a la Central de Abastos para ahorrarse en promedio 40% del gasto de despensa, “sobre todo cuando compras por volumen”

“Lo ideal sería que el gobierno se preocupe más por este espacio, de mantenerlo, cuidarlo y limpiarlo”, declaró el chileno.

Rosa María Tejas trabaja desde hace 10 años recolectando la basura que se genera en los locales y las bodegas del lugar. Sin embargo, además de los desechos que se generan diariamente –aproximadamente 8.5 toneladas al día–, encuentra otra problemática que hay que atender:

“Lo más complicado es que algunos de los clientes que vienen a hacer sus compras se traen toda la basura de sus casas. Cuando uno les dice algo se molestan, creen que, por ser un lugar donde se genera gran cantidad de desechos, ello tienen el derecho de venir y dejar aquí sus bolsas de basura, lo que a nosotros también nos afecta bastante”, advirtió.

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