Una de las voces autorizadas en el panismo queretano, Guillermo Tamborrel Suárez, quien fuera diputado local, federal y senador de la República, platicó en exclusiva con EL UNIVERSAL Querétaro, sobre los retos que tiene Acción Nacional, ahora que recuperó el poder con la gubernatura por tercera ocasión y también la mayoría en los ayuntamientos y el Congreso local.

Cuál es el papel que deberá jugar la institución política y cuáles fueron los errores que se cometieron que los llevaron por mucho tiempo a la separación por grupos.

¿Cómo deben leerse los resultados de la pasada contienda electoral?

Primero, debemos señalar que los resultados de la contienda federal difieren de la contienda estatal. A nivel federal, el resultado es sorprendente, a pesar de los malísimos resultados ofrecidos por el gobierno federal de extracción priísta, el triunfador es el PRI y sus aliados. Ahora corresponde a todos los partidos evaluar el porqué de sus pobres logros. Con respecto al PAN, me parece la respuesta está en que el PAN dejó de ser el partido de los principios y valores, dejó de ser lo que era; el partido de los honestos. Lamentablemente surgieron algunos gobernantes panistas que, presuntamente, incurrieron en actos de corrupción como pasó con los ya famosos moches y si bien es cierto que no han sido juzgados legalmente, la ciudadanía ya lo hizo y los encontró culpables. Ello con el gravísimo agravante de que la dirigencia del partido los solapó, los cubrió. En suma, el PAN dejó de abrazar las causas ciudadanas y traicionó a sus seguidores al solapar la corrupción.

En lo que toca a los resultados estatales, tenemos una victoria contundente del PAN, una victoria como no se había visto. El resultado me parece obedece a dos grandes razones:

Primeramente, que el PRI perdió por sí mismo, tal y como ocurrió en la elección del 97, e inclusive como pasó en la de 2009, en la que el PAN pierde la gubernatura por los errores del gobierno que provocaron la derrota electoral más que los méritos del partido opositor.

En esta ocasión, el PRI llegó muy desgastado en varios aspectos como lo fue la inaceptable inseguridad —ésta, con el agravante de que pretendieron engañarnos con que “en Querétaro no pasa nada”—, el fallido sistema de transporte Red Q, entre otros temas.

Asimismo, los candidatos del Revolucionario Institucional cometieron algunos errores como por ejemplo Roberto Loyola, al negarse a entregar públicamente su 3de3; Manuel Pozo, con su propuesta absurda de Predial Gratis; así como el exceso de “guerra sucia” vertida en contra de los candidatos panistas que se revirtió y, de hecho, “los vacunó”. Solo por mencionar algunos aspectos.

En segundo lugar, tenemos que los candidatos del PAN ganaron. Es innegable que la presencia y el carisma de los candidatos del PAN —gobernador, presidentes municipales— fueron muy superiores. Las “tablas” de los panistas fueron más sólidas y sus discursos más convincentes. La experiencia en campaña fue contundente. Las propuestas parecieron oportunas y creíbles.

¿Qué opinión tiene sobre el nuevo encargo que les están confiriendo los ciudadanos a Acción Nacional?

Como gobierno de extracción panista tenemos un encargo ciudadano complicado ya que los ciudadanos, y me incluyo, queremos resultados claros, contundentes y prácticamente inmediatos en temas como la seguridad.

En algunos aspectos importantísimos como el de la salud o la educación se aprecia terreno perdido, es decir áreas donde hemos perdido avances logrados en administraciones anteriores. Terreno que tendremos que recorrer nuevamente.

El reto es no solo no fallarle a quienes votaron por los candidatos del PAN, sino también convencer a todos aquellos que no lo hicieron de que el PAN gobierna y gobierna mejor.

Como partido, el encargo es aún mayor, ya que los panistas tenemos la obligación de acompañar, de apoyar los programas y acciones de gobierno positivos y que realmente vayan en favor de la ciudadanía, que vayan en pro del bien común así como también el de señalar y reprobar todas aquellas acciones, como la corrupción, que sin duda dañan a Querétaro.

El partido debe fungir como la conciencia del gobierno, orientarlo, apoyarlo, de ser necesario , señalarle las deficiencias y desviaciones, y sobre todo ser el primero en exigirle el cumplimiento de los compromisos de campaña. El partido deberá asumir la responsabilidad de vigilar el actuar de todos los gobiernos que de él emanados.

¿Es el mismo Acción Nacional de aquellos triunfos absolutos de 1997 o el 2003?

No, lamentable y definitivamente no. Sin llegar a las personalizaciones que a nada bueno conducen, te expreso que me parece que el PAN de entonces era honesto y democrático. Era un PAN que cimentado en principios y valores actuaba sin hacer “cálculos políticos”. Inclusive se nos tachaba de ultraconservadores y mochos, apegados a la religión, y sin el afán del poder por el poder. Y no como hoy, donde el pragmatismo político y los intereses de grupo y personales se han vuelto la guía en el actuar. Sin duda, la esencia del partido se ha perdido. Tengo la impresión de que en aquel entonces se privilegiaron las causas ciudadanas y se actuó con firmeza hasta con valentía para resolver los principales problemas planteados por la ciudadanía como lo fue el ordenamiento del ambulantaje.

Esa actitud se fue perdiendo, la soberbia nos carcomió hasta provocar la derrota del 2009. Veremos si aprendimos la lección y si hoy somos capaces de retomar con la fuerza del ideal, las mejores causas ciudadanas.

¿Qué papel deben jugar los nuevos gobernantes panistas (alcaldes y gobernador)?

Hacia la ciudadanía. Cumplir con honestidad el compromiso de trabajar, desarrollando sus capacidades y su máximo esfuerzo, siempre guiados por el bien común, siempre buscando el beneficio del estado y de sus municipios.

Hacia el partido. Conducirse siempre bajo los principios y valores del partido, respetar la autonomía del partido. Escucharlo, valorar sus opiniones, sugerencias y críticas. El gobierno de extracción panista y el partido deben ser como dos compañeros que luchan por un mismo ideal, dos compañeros que se escuchan, apoyan y respetan. Dos compañeros en el que ninguno es vasallo del otro.

¿Que le puede dañar al partido?

El partido puede ser dañado por el actuar y la omisión de sus militantes, sus dirigentes y sus funcionarios públicos. Las acciones y omisiones que, sin duda, dañaran al partido están en el campo de la militancia; quizá el mayor daño que puede causar la militancia tiene que ver con su falta de conocimiento y puesta en práctica de la doctrina panista. Asimismo, la pasividad y sumisión del militante son veneno puro para el partido.

La disposición de entregar el voto y el aplauso fácil a cambio de un bien personal derivan en la descomposición más absoluta y con el repudio ciudadano. Un militante “borrego” acaba por favorecer la podredumbre de la dirigencia, de los candidatos y en su momento de los funcionarios públicos.

En lo que toca a la dirigencia, es difícil señalar el enorme daño que ocasiona una dirigencia corrupta y corruptora. Una dirigencia que vislumbra la responsabilidad de guiar como si fuese una oportunidad para hacerse de un botín. Una dirigencia que solapa la corrupción deja de ser eso, una dirigencia, para convertirse en parte de la banda de delincuentes. Una dirigencia cobarde ante los abusos del poder público es simplemente inservible.

Finalmente, está el daño que pueden ocasionar los funcionarios públicos emanados del partido y me parece que el mayor daño que le pudiesen generar al partido está la falta de honestidad.

La soberbia ya nos expulsó de los gobiernos estatal y municipal, si no lo reconocemos y actuamos en consecuencia, esta nos puede expulsar nuevamente y por más tiempo.

“La unidad” impuesta, y ante la falta de otra opción política real y creíble, —por ejemplo “El Bronco”, en Nuevo León— ya nos la “compró” la ciudadanía. Pensar que nos la compre otra vez se antoja muy difícil.

¿Cuál es su postura respecto a los grupos que dominan el partido?

Por definición “la onda grupera” daña al partido. Estrictamente todos debiésemos ser panistas y ya. Así pues, es muy lamentable lo que ocurre al interior del PAN ya que hoy no pasamos de ser una copia burda, mal hecha, del partido que tanto criticamos.

Hoy esa “onda grupera” nos ha llevado a los acuerdos cupulares, llamados elegantemente “acuerdos políticos” y que van encontra de la tradición democrática panista. Esa “onda grupera” y el consabido reparto de posiciones —para lograr la “unidad”— ha llevado a proponer a la ciudadanía candidatos sin identidad panista, ni propuesta ni capacidad. Y en ocasiones, lamentablemente, sin integridad, dejando de lado a militantes que si pudiesen aportar a la misión de construir un mejor Querétaro y una oportunidad para todos.

¿Qué lección le debe quedar al priísmo después de estos resultados del 7 de junio?

Eso les corresponde encontrarlo a ellos. El PRI al igual que el PAN y en si todos los partidos, tenemos mucho que aprender de esta elección. Sin duda todos incurrieron en aciertos y cometieron errores. Cada partido tendrá que determinarlo con el fin de multiplicar los aciertos y evitar los errores.

¿Cuáles serían los temas que los ciudadanos esperarían se resolvieran, apenas arrancando el nuevo gobierno?

Es difícil señalarlo ya que cada ciudadano vive una realidad distinta. Por ejemplo, quien tiene un familiar enfermo le urge que se resuelvan los temas de saturación en hospitales, o bien los que utilizan el transporte público también desean y merecen un mejor transporte a la de ya.

Sin embargo, percibo que la mayoría de los ciudadanos queremos mejoras inmediatas y palpables en materia de seguridad.

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