Investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y la empresa queretana Ingeniería y Procesos Industriales, S.A. (IPISA) desarrollaron procedimientos para reducir el nivel de toxicidad de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP’s), los cuales se encuentran en aceites derivados del petróleo y que son utilizados como materia para la fabricación de llantas.

La masiva fabricación de neumáticos y las dificultades para hacerlos desaparecer, una vez usados, constituyen uno de los más graves problemas medio ambientales de los últimos años en todo el mundo.

Un neumático necesita grandes cantidades de energía para ser fabricado —medio barril de petróleo crudo para fabricar un neumático de camión— y también provoca, si no es convenientemente reciclado, contaminación ambiental al formar parte de vertederos incontrolados. Por ello, investigadores del Centro de Estudios Académicos sobre Contaminación Ambiental (CEACA) de la Facultad de Química se dan a la tarea de reducir la toxicidad.

En entrevista con El UNIVERSAL Querétaro, Gustavo Pedraza Aboytes, docente investigador de esta unidad académica y responsable del proyecto, afirmó que cuando el petróleo se destila una de las fracciones contiene más de 100 aromáticos, como el benzo(a)pireno, B(a)P, el cual se ha demostrado, a través de diversas investigaciones, que es altamente tóxico; estas sustancias, dijo, sirven para darles ciertas características a las llantas, como la flexibilidad.

Afirmó que después de algunos estudios, el parlamento europeo estableció que no debía usarse esta fracción cuando el B(a)P o la sumatoria de varios HAP´s, rebasaran un cierto nivel de concentración, acuerdo al que México se sumó.

“De esta relación hicimos tres proyectos de los que se generaron tres tesis de posgrado, probamos diferentes procesos de Ingeniería Química para minimizar la cantidad de aromáticos policíclicos, esto no se había hecho en el mundo, los únicos que lo tienen patentado a nivel federal son Estados Unidos, y había muy poca información”, resaltó.

El primer proyecto consistió en efectuar un procedimiento llamado “saponificación”; sin embargo, se percataron que generaba muchos residuos como ácido sulfúrico, lo que iba a convertirse en un problema ambiental, por lo que decidieron que no era el indicado.

Pedraza Aboytes indicó que el siguiente proyecto consistió en la implementación de un proceso de hidrogenación, en el que, con el apoyo de profesores de la Facultad de Ingeniería, diseñaron un reactor para realizarlo. “Los aromáticos son la unión de distintos bencenos compuestos por seis enlaces de carbonos, lo que quisimos hacer fue romper estos dobles enlaces, lo cual baja la toxicidad al compuesto”.

El tercer proyecto consistió en incluir a la estructura, otros compuestos llamados “alquilados”, en condiciones especiales, lo que también permitió que la toxicidad bajara y que es algo que no se había hecho.

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