El crecimiento poblacional y de vehículos que circulan en Querétaro significa mayor cantidad de emisiones a la atmósfera, lo que demanda la realización de estudios sobre lo que se está emitiendo y que puede llegar a generar problemas de calidad en el aire.

Sara Saucedo González, quien es doctora en Química adscrita a la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación (UMDI) de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Campus Juriquilla, aseguró que son necesarios estos estudios “precisamente porque (Querétaro) es una zona en crecimiento y por supuesto con aumento de vehículos que implica aumento de emisiones, y si está en crecimiento aumenta la población en riesgo”.

La investigadora, discípula del Premio Nobel de Química en 1995, Mario Molina, en el Massachusetts Institute of Technology, reveló que la UNAM tiene el plan de poner un observatorio atmosférico en Juriquilla a fin de poder realizar estos análisis.

Explicó que para poder decir exactamente cuáles son las mejores alternativas o métodos para mantener la calidad del aire, “tenemos que hacer estudios sobre dónde estamos en calidad del aire y los procesos que generan esas concentraciones que estamos observando y en función de eso podemos decir qué es lo mejor que se puede hacer”.

Ayer lunes, este diario publicó que en febrero, según la lectura proporcionada por la Red de Monitoreo Atmosférico, los niveles máximos permisibles de monóxido de carbono en la atmósfera fueron rebasados con 1.87 partículas por millón.

En entrevista, la investigadora de la UNAM comentó que es necesario que esta información debe de verse en un periodo amplio para saber si realmente la contaminación va a la alta, qué tan rápido está aumentando y cómo varía.

Cielo azul puede tener contaminante

“A veces hay variaciones estacionales, a veces en el invierno las concentraciones son más altas que en el verano y a veces hay condiciones específicas en un día que permitieron que fueran más altas”, dijo.

Lo importante es poder saber qué está pasando en la atmósfera; es saber qué está pasando con estas emisiones, puntualizó la investigadora.

A modo de ejemplo explicó que el ver un cielo azul no es sinónimo de inexistencia de contaminación. “Los gases son transparentes a las concentraciones que vemos en el aire, como el Ozono y el CO2. Que el cielo esté azul no implica que no haya gases contaminantes”, sostuvo. Comentó que el cielo negro y el cielo café sí implican contaminación.

“El cielo café generalmente es óxido de nitrógeno. Es el único gas que no es incoloro. El humo negro generalmente implica partículas de carbono que son contaminantes”, señaló.

Por eso es menester empezar a realizar estos estudios que implica elaborar un inventario de emisiones para determinar cuál es la fuente principal de contaminación.

Las ciudades más contaminadas, sostuvo, son: el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. Lamentó que solo ellas realicen estudios, pues el resto son poco investigadas.

Sobre el plan de poner un observatorio atmosférico en Juriquilla la intención es “contactar al gobierno del estado pues estos estudios deben ir de la mano con autoridades”, dijo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS