La 61 Legislatura de Querétaro no pudo elegir este martes a su nueva Mesa Directiva debido a que la Sesión de Pleno se suspendió tras registrarse insultos y jaloneos entre diputados morenistas y panistas.
A las 11:18 horas arrancó la sesión del pleno para integrar la nueva Mesa Directiva. El PAN, en voz de Guillermo Vega, propuso a la priista Adriana Meza Argaluza como presidenta; Morena, representado por Arturo Maximiliano García Pérez, impulsó a Georgina Guzmán Álvarez del PVEM.
La votación comenzó sin incidentes, pero apenas seis diputados alcanzaron a sufragar. El caos estalló cuando la diputada del PVEM, Perla Patricia Flores Suárez, titubeó durante varios minutos entre presiones de Morena y la mirada expectante del pleno. Nerviosa, pidió un receso, concedido por el presidente saliente, Gerardo Ángeles Herrera. Una vez decretada la pausa, el vicepresidente de la Mesa Directiva, Ulises Gómez de la Rosa, intentó continuar con la sesión entregando una boleta al diputado de Morena, Homero Barrera, para que emitiera su voto.
En ese momento, el legislador Enrique Correa Sada intervino arrebatando las boletas para impedir la acción, mientras que, acto seguido, el panista Guillermo Vega Guerrero tomó la urna y se la llevó consigo, lo que encendió aún más los ánimos en el recinto.
De pronto, sonó la alarma contra incendios. El protocolo obligó a evacuar a diputados, trabajadores y visitantes. A las 12:30 horas, Ángeles Herrera suspendió la sesión hasta nuevo aviso.
Más tarde, la diputada Teresita Calzada Rovirosa explicó que la alarma se activó como medida preventiva, ante el riesgo de que la confrontación verbal escalara a mayores. Aclaró que, aunque no hubo golpes, sí se registraron discusiones y jaloneos que comprometían la integridad de los presentes.
Gerardo Ángeles aseguró que el receso se decretó por la crisis nerviosa de la diputada del PVEM, Perla Flores, y acusó a Morena de presionar indebidamente a las legisladoras verdes. Dijo además que la activación de la alarma fue “extraña” y sugirió que los morenistas pudieron haberla detonado para intentar votar a puerta cerrada. “La obligación del presidente es salvaguardar la integridad de todos; sin condiciones de seguridad no podía continuar la sesión”, afirmó.