“La infancia de antes era bonita, donde había unión, inocencia y amistad entre los niños”, aseguró Eugenia Nava, quien tiene 66 años. En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, relata que cuando era pequeña, los juegos típicos eran las rondas infantiles, los cantos, correr, saltar y disfrutar con los amigos de las demás casas, situación que aseguró se ha perdido por falta de la unión familiar.

Recuerda la ronda de Doña Blanca, el Matarile-rile-ro, los encantados y las cebollitas, que “formaban parte de la diversión más sana que podía haber”.

Eugenia Nava mencionó que cuando tenía siete años salía a la puerta de su casa y se sentaba a esperar que sus vecinos salieran y comenzaran los juegos. Explica que a falta de tecnología, los niños tenían que inventar diversos modos de entretenerse, con palos a que tenían espadas, piedras para construir, tierra y hacer túneles o jugar “a la comidita” que en diversas ocasiones también contaba con hojas de los árboles en las recetas.

“Cuando no nos dejaban enterrarnos como queríamos, pues jugábamos que a la cebolla, el Juan Pirulero, los Encantados, en esos tiempos habían muchos cantos de antes y que ahora les canto a mis nietos porque ya ni los conocen”, expresó.

Uno de los juegos que más le gustaban a Eugenia cuando era una niña eran las trais y la roña con el que recordó que recorría toda la calle al tratar de escapar de sus vecinos. También le gustaban los encantados pero no tanto ya que si la tocaban no podía seguir en el juego. Comentó que también se jugaba mucho a los colores, a la gallinita ciega que hacían correr a los niños y “los mantenía activos, despiertos y ahora ya ni siquiera juegan eso”.

Ahora, con una mueca en la cara, dijo que sus nietos ya no conocen los juegos, ya sólo toman el control de la televisión y ven caricaturas, o a veces ni siquiera prestan atención a “los monos de la televisión porque tienen su aparato al lado y los videojuegos que les compran”.

señaló que entiende que la sociedad ha cambiado y que las generaciones se enfocan más a la tecnología; sin embargo, apuntó que es importante que no se deje de cultivar las tradiciones de los juegos infantiles que además de no ser costosos para los padres de familia, fomentan los valores de tolerancia, respeto y la amistad, entre los niños.

“Antes estaba uno más unido, pero ahora ya todo está muy cambiado, ya los padres no le ponen mucha atención a los hijos y para eso mejor les compran los videojuegos y ahí los quieren tener sentados sin hacer caso ni nada”, refirió.

Mencionó que cuando era niña, sus padres estaban más al pendiente de ella y sus hermanos, de su educación y de su diversión. “No sólo en cuestión de juegos sino también se tomaban el tiempo para leer por la noche un cuento de aventuras o de espantos”, manifestó.

“Pues mis papás estaban más con sus hijos, que éramos nosotros, y se la pasaba uno en la noche esperando el cuento de los puerquitos o de espantos, nunca faltaba de que fuera, y eso era bonito. Todavía lo hice con mis hijos porque yo nunca trabajé, siempre estuve con ellos y les contaba los cuentos pero ahora ellos ya no lo hacen”, externó.

Para Eugenia lo que debería de hacer la gente es fomentar la unión familiar y preservar la infancia e inocencia en los niños, ya que dijo, en la actualidad los menores se conforman con lo que hay que es la tecnología más no el amor de la familia.

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