Se deben de generar políticas públicas que contrarresten la violencia patrimonial y económica que viven las mujeres en la Sierra Gorda queretana, consideró la diputada Atalí Rangel Ortiz, representante del Distrito 15.

La legisladora panista denunció que en los municipios de la región es común ver a las mujeres que trabajen las parcelas y soliciten los apoyos productivos para el campo con que cuentan los diversos niveles de gobierno; sin embargo, siguen sin ser las dueñas de las propiedades.

“Hay un tipo de violencia súper notoria en muchos casos: la violencia económica, hoy todavía están a nombre de los señores las tierras y las parcelas, aunque las que se quedan trabajando son ellas y las que ven los proyectos productivos en beneficio de sus familias, siguen estando a nombre de alguien más”.

Indicó que es necesario empoderar a las mujeres serranas para combatir la violencia económica y patrimonial que sufren, ya que no le dan valor al trabajo que hacen por sacar adelante su producción agrícola y a su familia.

“Es violencia patrimonial y económica porque todavía no logramos empoderarlas a las que realmente están luchando por trabajar, por llevar un sustento y por supuesto fortalecer su patrimonio”.

Es por esto que son necesarias acciones concretas para poder contrarrestar la situación y para que las mujeres puedan estar protegidas contra cualquier tipo de violencia que pudieran estar padeciendo.

Educar en equidad de género

Consideró que también se puede hacer una labor de prevención de la violencia por medio de la educación para que desde pequeños se tenga conciencia sobre equidad de género.

“Que se les dé el asesoramiento, el seguimiento y; por supuesto, la inclusión en todos los niveles educativos, de derechos humanos, paridad y equidad sobre todo, que estén inmersos en estos temas”.

Visibilizar la problemática

Otro de los tipos de violencia que padecen las mujeres serranas es la doméstica, explicó la legisladora, aunque reconoció que no se tienen cifras concretas sobre esta problemática porque muchas víctimas siguen sin atreverse a denunciar.

Resaltó que aunque no se cuentan con estadísticas específicas sobre la violencia de género que sufren las mujeres serranas, se sabe que en el país una de cada 3 mujeres sufre o ha sufrido algún tipo de maltrato.

“No estamos ajenos a todos los tipos de violencia que se puedan reconocer y visibilizar, entonces nos queda mucho tramo que recorrer en ese aspecto”, subrayó Rangel Ortiz.

La zona, dijo, no está exenta de los diversos tipos de violencia que pueden vivir las mujeres, pero se ha avanzado de manera significativa, y la muestra de esto es la confianza que, tanto hombres como mujeres, le dieron a las candidatas en el pasado proceso electoral.

“Hoy esa zona machista como nos veían, por ser zona rural, quedó atrás, hoy, hombres y mujeres votaron por mujeres para que los representaran en cada uno de los municipios de la zona serrana, ese estigma de los hombres machistas en la zona rural quedó atrás”.

Finalmente insistió en que todavía existen muchos rezagos en materia de género que se deben subsanar en los municipios serranos en los cuales deben de actuar los tres niveles de gobierno.

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