Sólo 9 mandatarios de las 32 entidades federativas han hecho eco a la propuesta del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, para regular la siembra de la amapola con fines médicos.

Francisco Domínguez Servién, mandatario de Querétaro, se manifestó a favor de la regularización, pero que sea estrictamente para uso medicinal.

Graco Ramírez Abreu, el jefe del Ejecutivo en Morelos, fue el primero en respaldar esta iniciativa, al considerar que ayudaría a combatir la pobreza y quitar el control de las drogas al crimen organizado.

Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, dio un no rotundo y con peculiar estilo, respondió: “Miren lo que está pasando en la calle, vean cuánta delincuencia tenemos en todas partes y es por la droga, y el consumo hace que la gente se vuelva loca”.

Al igual que el secretario de Salud federal, José Narro Robles, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, dijo que primero se debe legalizar el uso medicinal de la marihuana y luego el de la amapola.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, expresó que el asunto no debe basarse en que las drogas sean aprobadas por la ley, sino en prevenir adicciones. “El enfoque tiene que ser preventivo desde la salud”.

Los gobernadores César Duarte, de Chihuahua; Gabino Cué, de Oaxaca, y Francisco Olvera Ruiz, de Hidalgo, se manifestaron a favor de discutir la regulación de la siembra de amapola y cada uno imprimió su sello sobre cómo debe ser este proceso.

El primero propuso una discusión seria sobre el tema y los beneficios para el sector salud con el ahorro de recursos, que podrían ser destinados al tratamiento de otros padecimientos en el país.

Desde su perspectiva, cada año el gobierno federal invierte muchos millones de pesos en comprar en el extranjero fármacos como la morfina, siendo que en estados, como Chihuahua podría producirse de forma legal.

Para Gabino Cué, debe procesarse a través de foros nacionales, donde se consulte a la sociedad y los expertos sobre el aprovechamiento de las ventajas clínico-terapéuticas.

Olvera Ruiz consideró que si hubiera certeza sobre el control de cada metro o hectárea de tierra que se plante, sería viable su siembra, así como la de la marihuana, sin embargo dijo que donde más se cultiva es en zonas agrestes, de difícil acceso y por lo tanto de complicado control.

De darse el caso, señaló que sería sólo en invernaderos o en lugares especiales. “Debe ser motivo de un análisis a fondo y no lanzar propuestas simples”.

Francisco Vega, de Baja Caliornia, dijo que estaría a favor de regular la siembra con el fin medicinal, siempre que sea en el marco de estricta regulación, para que su producción permita abastecer el mercado farmacéutico.

México se ha convertido en el cuarto lugar a nivel mundial en cosechas de la yerba, declaró Miguel Alonso Reyes, gobernante de Zacatecas. “El tema de la legalización de la siembra y transporte de la amapola para la elaboración de medicamentos, colocaría al país en el debate de países avanzados a nivel mundial”, explicó.

De los estados que no dieron opinión, Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo, dijo que no emitirá ninguna declaración hasta que concluya el periodo electoral.

Nayarit y Michoacán evitaron hablar del tema. La oficina de Comunicación Social de Veracruz declinó hacer comentarios, mientras que la del gobernador Rolando Zapata Bello, de Yucatán, informó que no hay una opinión.

EL UNIVERSAL buscó al resto mediante las oficinas de Comunicación Social y hasta ayer no se había recibido respuesta. (Con información de corresponsales)

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