Casi fue un domingo normal en Huimilpan y fue casi porque la movilización de policías estatales y municipales era mayor que otros días, además del ejército de observadores que vigilaba la elección extraordinaria.

Los locales de carnitas, barbacoa, las tiendas de abarrotes, de ropa y otros productos estaban abiertos a la espera de que los clientes que en este domingo frío, 6 de diciembre, acudieran por el almuerzo o las compras y de paso fueran a votar.

Elementos de la Policía Estatal, junto a uniformados de la Municipal, vigilaban la cabecera, donde todo transcurría en calma, aunque, eso sí, gran número de personas ajenas a la comunidad, como observadores electorales, elementos de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y representantes de los medios de comunicación, acudieron a la localidad.

Por la mañana, Celia Durán, candidata de la coalición PRI-Nueva Alianza-Verde Ecologista a la alcaldía de Huimilpan, acudió a depositar su voto a la primaria Redención, donde pocos ciudadanos estaban a esa hora sufragando y donde la abanderada dijo que esperaba que los habitantes acudieran a votar en libertad y en paz, aunque minutos después, en esa casilla, se denunció que una persona había sustraído una boleta electoral, lo que encendió la alerta en los priístas, que acusaron al PAN de coaccionar el voto.

La mañana fría comenzó a calentar cuando se corrió el rumor de que habían detenido a unas personas que inducían al voto y llevaban material electoral, en el camino a Apapátaro. Ahí estaba Juan José Ruiz, líder estatal del PRI, además de una decena de policías estatales y municipales que resguardaban una camioneta Cadillac Escalade, con placas del Distrito Federal y un Nissan Tiida donde presuntamente viajaban personas que inducían al voto.

El priísta declaró que la elección corría riesgo por la cantidad de irregularidades, luego de que encaró a Juan Pablo Heinze, ex candidato panista al municipio, sustituido por su hermana Cristina, en el lugar donde detuvieron a los ocupantes de los vehículos, quienes no fueron detenidos ni presentados.

Jalones, empujones, gritos, acusaciones, se dieron en el lugar, donde representantes del Instituto Electoral del estado y el Nacional Electoral, observaban la “cámara húngara” donde uno y otro se acusaba.

Al final, cada quien “se fue con su golpe”, sin ningún detenido y con un funcionario de la FEPADE que se fue entre empujones, acusado de ocultar evidencia del delito electoral.

Fuera de esto, el domingo en Huimilpan fue normal, con vendedores de elotes y nieves en la plaza, los restaurantes con familias y mucha policía vigilando las calles, en un domingo donde parecía que no había una elección proceso.

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