En el stand de Comic Castle, ubicado en el área de venta de la Conque, los curiosos preguntan por historietas o “algo” hecho por Stan Lee. La fiebre por el hombre del momento en la convención llega en oleadas a los diferentes puestos de historietas.

Hoy, en el Free Comic Book Day (Día del Cómic Gratuito), la afluencia ha aumentado considerablemente en stands, que ofrecen juguetes coleccionables, peluches, disfraces, revistas, posters y, por supuesto, cómics.

Jorge Barrera, encargado en Comic Castle, dice en entrevista que hoy ha habido “un caos”, con los 20 mil asistentes que abarrotaron el QCC. A su lugar, acuden muchos a preguntar por una historieta de Stan Lee.

“Me dicen: Quiero algo hecho por Stan Lee, algo de los 60’s. Esos ya no se manejan tan fácilmente. O buscan variantes o números uno, y ya no hay forma de conseguirlos porque se agotan, a menos de que alguien te lo revenda o en alguna compilación. Muchos vienen a buscar, pero poco saben qué es lo que buscan realmente”.

El de las historietas es un hobby caro, dice Jorge, cuyo público, aunque podría parecer lo contrario, no son niños a los que les gustan “los monitos”, sino adultos de entre 25 y 60 años.

“Las personas de más edad son los que nos compran los clásicos. Los jóvenes, prefieren los nuevos títulos, los independientes; como tienen que leer mucho para entenderles a los clásicos, pues prefieren los títulos nuevos. Está muy variado”.

Tampoco son muchos los conocedores. Por ejemplo, por el trabajo de Humberto Ramos, dibujante de Spider Man, que actualmente es organizador de la Conque, no preguntan mucho, indica Jorge.

Apunta que de 80 títulos de cómics que salen al mes, 99% son estadounidenses y sólo 1%, si acaso, mexicanos. “Aquí no hay la escuela del cómic, casi todos los ilustradores mexicanos nada más hacen una viñeta , pero no tienen un cómic. Aparte en Estados Unidos están las grandes editoriales para producir. En cambio las de México se quejan de que siempre tienen trabas para sacar productos”.

Sin embargo, los cómics estadounidenses no tienen un mercado tan activo como pudiera pensarse, agrega: “Primero, los mexicanos no somos tan afectos al coleccionismo. Segundo, las editoriales mexicanas que traen los cómics no traen los buenos; más la falta de continuidad, no es la misma calidad, la misma portada, a parte a muchos no les gusta leer. Tercero, el doble arancel, los impuestos y el alza del dólar afectan mucho”.

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