Como cada año, afuera del panteón municipal ubicado en la colonia Cimatario, se instala un tianguis de vendedores de flores en el que ofrecen variedad de especies, pero sobresalen las de temporada, es decir, la flor de cempasúchil, la nube, la pata de león y margarita. A pesar de la afluencia de las personas que acuden para visitar a sus familiares muertos, los comerciantes explican que no hay mucha venta, pese a que el precio de las flores no es muy alto y se pueden encontrar ramos desde 20 pesos.

Dentro de este tianguis compuesto por más de quince puestos, se encuentra la señora Guadalupe González, quien se ha dedicado a la venta de flores de cempasúchil o flores de muerto, desde hace más de 45 años. Trae el producto de Celaya, Guanajuato, y vende el ramito de flores a 20 pesos.

Guadalupe González narró la transición de la ubicación de los puestos de flores en esta temporada. “Tengo más de 45 años vendiendo flor, casi 50 años, y me sentaba en una esquina a vender jicamitas y flor, nada más yo era florera y no había florerías por esta zona. Yo le compré a mi mamá flor y las vendí, entonces me gustó el dinero y mi esposo me dijo compra y vende, y así empecé a vender flor hasta hoy”.

La vendedora explicó que antes se vendía mucho más porque no había tanta competencia, pero desde hace 20 años empezó a crecer y a instalarse nuevos comerciantes en la zona.

“Antes se vendía mucho. No había floreros ni florerías, nada más las del mercado. Hace como 20 años fue que empezó a crecer. En aquel tiempo, aquí nos quedábamos en la noche para prepararnos, pero después ya no fue necesario porque se iba llenando cada vez más de puestos”, explicó Guadalupe.

La vendedora trae sus flores de Celaya, Guanajuato, por lo que tiene que pagar camioneta para transportarlas y ella pueda vender estos dos días de los festejos de Todos Santos en donde el municipio da permiso para el comercio.

Dolores Servín también es vendedor de flor de temporada, él tiene 14 años vendiendo afuera del panteón. En su opinión, la tradición de visitar a los muertos en las festividades de Todos Santos el 1 y 2 de noviembre aún sigue viva, así como llevarles una flor de cempasúchil. Él vende el ramito de flores a 20 pesos y se compone de aproximadamente 24 flores, pero es variable, dijo.

“Continúa igual que todos los años. La tradición no se ha dejado caer. Continuamos con lo mismo; ahora sí que, hasta ahorita, no se ha olvidado, la flor de este tipo pues es la de la tradición de la temporada, porque en el resto del año no se encuentra”, explicó.

Para Dolores, la venta no ha bajado, como el 1 de noviembre se festeja a los “angelitos” y por lo regular el movimiento y la afluencia de gente está tranquilo, pero el día dos es cuando hay más gente, tanta que ni se puede caminar por el espacio, dijo el vendedor, quien también trae su mercancía de Celaya.

Esta flor se caracteriza por ser muy delicada, olorosa y que se marchita rápido. Según las creencias, el olor característico de estas flores, es el aroma que guía a los difuntos hasta la tierra.

Dolores explicó que la clientela la sigue consumiendo para mantener la tradición que, en su opinión ha crecido. “Se podría decir que hay más comerciantes, pero también hay más gente”.

Guadalupe Olvera, quien llegó al panteón para a visitar la tumba de sus familiares, dijo que a ella no le gusta el cempasúchil, pero reconoció que es parte de la tradición del Día de Muertos.

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