Temporal, la despedida que Roberto Loyola emitió este lunes a habitantes de Pedro Escobedo en su cierre de campaña de aquella entidad; y es que debido a que los tiempos electorales apremian de cara a las elecciones, el priísta culminó su actuar como candidato, comprometido a volver y cumplir con las peticiones que los ciudadanos demandaron.

Fue en la plaza principal del municipio donde, al pie de una catedral con acabados góticos en su fachada e iluminada con el rayo del sol que ya dejaba ver la agonía del día, que el contendiente de la coalición Querétaro Nos Une dijo la gente “gracias por ese apoyo” mostrado en las ocasiones en las que el abanderado visitó la ciudad, recorriendo comunidades y escuchando necesidades.

Con pantalón de mezclilla, camisa blanca con los logotipos del partido que lo respalda y armado con una voz quebrantada por el pasar de los días de campaña fue como el candidato se plantó en el escenario, para señalarle a los poco más de 500 presentes que volverá, y que lo hará para cumplir con lo pactado en todos los recorridos, en los que le tendió la mano a las personas que le pedían su apoyo.

“Volveré”, afirmó el candidato; dándole a conocer a la ciudadanía de Pedro Escobedo, su fuerte creencia de que será él quien en la próxima jornada electoral triunfe en las preferencias del electorado; diciéndole a la gente que comprende las necesidades que tienen en cada comunidad, es como Loyola, se etiquetó empático con los ciudadanos.

Acompañado en todo momento de su compañera y esposa Lucy Hubert, el candidato con una voz afectada por el andar de los días, tomó aire y exclamó los ideales que lo hacen llegar a ese municipio y hablarle de frente a los ciudadanos, para pedir el voto, y que pongan en él la confianza necesaria, para que salgan a la calle y compartan el mensaje y propuestas del candidato.

A poco más de 50 días de haber arrancado su trabajo de convencimiento en búsqueda del gobierno del estado, Roberto Loyola visitó todos los municipios del estado, algunos hasta por más de tres veces; tiempo en el que debió haber persuadido al electorado de ser la mejor opción para gobernar el estado.

Atrás está quedando el tiempo de las promesas, está por venir el momento de cosechar el resultado de estos 60 días, que como Loyola Vera señala reiteradamente, está respaldado de una historia de vida; y queda en el aire el compromiso de cumplir, y volver a ver a los ciudadanos de frente, una vez que se encuentre sentado en la silla más alta, en la oficina más importante de la casa de la Corregidora.

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