Víctor López Jaramillo

Sísifo en el Corregidora

21/05/2013 |01:55Víctor López Jaramillo |
Redacción Querétaro
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Has estado sentado alguna vez en las gradas del Corregidora mientras ves como el rojo de la tarde vuelve óxido los sueños de gol? ¿Has visto como la agonía del último minuto se vuelve eterna? ¿Has gritado con euforia el gol salvador o maldecido al árbitro que marca tu destino?

Futbol, bendita palabra. Menospreciada por intelectuales, adorada por el pueblo.

Futbol. Deporte espectáculo que por 90 minutos pone en un mismo nivel al jornalero que gasta su quincena en ver a sus Gallos Blancos y al político que desde el palco quiere darse un baño de pueblo.

Futbol. El último escenario donde el mito, dioses y héroes aún juegan. Y uno de ellos parece ser local en el Estadio Corregidora.

Imaginen un castigo tan cruel que implique rodar una enorme roca cuesta arriba y antes de llegar a la cumbre, ésta, por su propio peso y la ley de la gravedad, ruede a toda velocidad cuesta abajo y tener que volver a empezar cuesta arriba.

Así castigaron los dioses a Sísifo. Rodar eternamente cuesta arriba esa pesada roca. Y eso es lo que le sucede a la afición queretana. Siempre tienen que ir a contracorriente.

Desde los Atletas Campesinos hasta las diferentes versiones de Gallos Blancos o Cobras. Todo es cuesta arriba.

Saben que en la derrota es cuando más los necesitan. En la victoria, muchos vendrán a festejar, pero en la derrota, es cuando el equipo necesita más apoyo para seguir cuesta arriba con esa enorme roca como el fallido Sísifo.

La esperanza es fuente inagotable del aficionado queretano y la clase política ha sacado ventaja de ello. En las elecciones de 2009, era frecuente ver a los candidatos darse de baño de pueblo en el Corregidora. El deporte espectáculo es un arma de dos filos: como entretenimiento y manipulación política y agente de colocación de mercancías.

Por ello, de cara a las elecciones del 2015 y por crecimiento del mercado queretano, no dudemos que se mantenga con vida a unos nuevos Gallos Blancos. Pero, ¿la verdadera afición que ha llorado derrotas aceptará a un equipo advenedizo? ¿O preferirá sufrir un año en el infierno del ascenso para regresar con su plumaje inmaculado? Sin duda, Sísifo juega de 10 en el Corregidora.

Periodista y sociólogo. Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ. Director del semanario universitario Tribuna de Querétaro