Hay veces que uno no quisiera escribir y solamente dejar reposar los pensamientos. Sin embargo, el periodismo nos obliga a informar constantemente.
Este fin de semana Querétaro sufrió una de las peores tragedias que ha padecido en este siglo.
Los reportes preliminares indican, a falta de confirmar con datos oficiales, que cayó una cuarta parte de la lluvia de todo lo que cae en promedio. El resultado fue devastador: Peñuelas, que ya desde hace tiempo arrastra esta problemática, volvió a sufrir inundaciones; automóviles fueron arrastrados; en Carrillo Puerto también se registraron afectaciones. Y hasta el momento en que escribo estas líneas, se contabilizan tres personas fallecidas. Hubo daños en la zona metropolitana de Querétaro y en San Juan del Río. La fuerza del agua se llevó incluso el pavimento en algunas calles: fue muy fuerte lo que sucedió.
Yo lo he sostenido siempre: las desgracias naturales tienen también un origen político. La última vez que se desbordó el río Querétaro a tal nivel fue en 1912. De acuerdo con lo que me informó la historiadora Cecilia Figueroa, en aquella ocasión el río arrasó con el cementerio que existía en San Sebastián. También en los años ochenta se registró otro desbordamiento. Sin embargo, en este 2025 llevamos ya tres casi-desbordamientos del río, hasta este último que sí terminó por salirse de su cauce. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿hace cuánto tiempo no se veía una inundación en Carrillo? Casualmente se construyó la obra del cárcamo en Cinco de Febrero y, desde entonces, comenzaron a inundarse esas zonas. Se entubó el río Querétaro en el cruce con esa vialidad y ahora vuelve a desbordarse. Las desgracias naturales también tienen un origen social y político: por ahí habría que investigar.
Lo más lamentable es la respuesta política. El gobernador Mauricio Kuri estaba en Nueva York cuando sucedía la desgracia. Y se vio tan rebasado que tuvo que salir el alcalde Felipe Fernando Macías a tomar las riendas y aparecer en la primera línea de atención para intentar ayudar a la población. Ciertamente es el alcalde capitalino, pero en este caso el gobernador debía ser el primero en encabezar la respuesta. No lo fue: Kuri volvió a llegar tarde a los hechos.
Y aún peor: el secretario de Gobierno, Eric Gudiño, quien había tenido un inicio relativamente prometedor, mostró en este momento de crisis su rostro más agresivo al increpar al regidor incómodo de Morena, Fernando Flores. Más lamentable aún fue que el altercado circuló en redes sociales, justo cuando lo que se necesitaba era unidad. Sí, todos los políticos buscan sacar provecho para su cosecha, pero esos eran momentos de sumar y no de confrontar.
El PAN desperdició la oportunidad al querer lucirse, dejando a los queretanos desamparados. Una vez más, fue la propia ciudadanía la que mostró su fortaleza en medio de la adversidad, saliendo adelante sin el gobierno.
Periodista y sociólogo. @viloja