Es un hecho inédito en la historia de Querétaro que se hayan aprobado dos plebiscitos, lo cual habla del avance de la democracia participativa en la entidad, donde finalmente se consulta a la ciudadanía. Sin embargo, hay otro punto que poco se ha analizado: este es el inicio informal para aceitar las máquinas electorales rumbo a 2027.
En Cadereyta de Montes se decidirá si se municipaliza el servicio de agua potable, hoy en manos de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), y el otro consultará a los habitantes de Querétaro capital si respaldan la construcción de un teleférico en la zona norte. Recordemos que, conforme a la Ley de Participación Ciudadana local, el resultado sólo será vinculante si participa al menos el 30 por ciento de la lista nominal de cada municipio.
Por tanto, Cadereyta, con una lista nominal cercana a los 56 mil electores, necesitaría aproximadamente 16 mil votos para validar la decisión. Por el contrario, la capital concentra casi 800 mil electores y debería movilizar a casi 240 mil personas, reto complicado en un ejercicio no electoral y cuyo impacto territorial se limita a una zona específica de la ciudad.
El contraste también es político. En Cadereyta, gobernado por Morena, la municipalización del agua es una demanda histórica asociada al abandono de las comunidades del semidesierto y a los reclamos por el manejo centralizado del recurso. La alcaldesa Astrid Ortega ha logrado permear el tema que ha llamado el “cártel del agua” en la agenda estatal. Si alcanza el 30 por ciento y gana el “sí”, Morena obtendrá una victoria simbólica y tendrá resonancia estatal.
En la capital, en cambio, el PAN enfrenta su prueba de fuego. El teleférico es una apuesta del alcalde Felipe Fernando Macías en un tema también crucial como lo es la movilidad, pero la dificultad está en las matemáticas: movilizar a 240 mil ciudadanos sin el incentivo de una elección formal. Si el plebiscito no alcanza el umbral, el resultado será indicativo, no obligatorio, y quedará en duda la fuerza territorial del panismo —o por lo menos del felifernandismo— rumbo a 2027, frente a sus competidores internos por la candidatura.
Ambos plebiscitos obligan a los dos gobiernos municipales a activar, desde ahora, sus estructuras políticas. Aunque no se trate de comicios, necesitan lo mismo: operadores, brigadas, discursos, narrativas y movilización. En la práctica, Querétaro entra en campaña adelantada. Morena buscará capitalizar el agravio hídrico en Cadereyta y el PAN deberá demostrar que su bastión en la capital sigue sólido y que puede ofrecer soluciones reales en movilidad.
Más allá del agua y del teleférico, estos dos plebiscitos, inéditos en la historia reciente del estado, son el primer termómetro de la contienda que se avecina rumbo a 2027.
Periodista y sociólogo. @viloja