Aún resuenan los acordes de Oasis en su última visita a México, pero queda un punto que casi no se ha tocado: la relación de los Gallagher, en este caso Noel, y la política.
Oasis no se ha distinguido por su militancia; casi ninguna de sus canciones hace referencia a la política, a diferencia de U2, Bruce Springsteen e incluso Metallica, que sí tienen discos con cuestiones políticas o crítica social.
Sin embargo, esto no implica una ausencia de postura política. En la segunda mitad de los noventa, en el pináculo de su fama, con un Partido Conservador desgastado y con una nueva fuerza emergente —el laborismo de Tony Blair y el movimiento “Cool Britannia”—, Oasis se vio en medio de la vorágine de ese cambio político.
En 1997, el partido de Tony Blair empezó a coquetear con el movimiento llamado Britpop —en el que estaban precisamente Oasis, Blur, Elastica, Pulp, The Verve, entre otras bandas— para conquistar el voto joven.
El día de las elecciones, Noel Gallagher había olvidado su identificación y no lo dejaban votar. Al final, como era tan conocido, lo dejaron. Él, a modo de broma, les decía a los que estaban en la casilla que, si querían, les tocaba una canción para que identificaran que era él.
Noel es invitado a la recepción oficial en Downing Street —símbolo máximo del poder—. Es famosa la foto del guitarrista y Tony Blair, a quien le interesaba mucho esa imagen para decir que estaba conectado con la chaviza y que había una nueva “Cool Britannia”.
De lo poco que pudieron comentar fue que, en ese momento, había una huelga de estibadores en el puerto de Liverpool y que algunos habían sido despedidos por negarse a ser esquiroles. Noel le pidió a Blair intervenir en favor de los trabajadores y, como tantos políticos, le respondió: “Lo veremos después”.
Hubo críticas de los conservadores hacia Blair por haber usado —palabras textuales— a “un drogadicto megalómano” como imagen.
De acuerdo con el libro The Last Party, de John Harris, donde hace un recuento de todo el movimiento del Britpop, se resume que Noel Gallagher y Oasis fueron íconos útiles para la marca “Cool Britannia” que Blair construía en su afán de reconstruir políticamente a su partido.
¿Y qué pasó años después? Noel Gallagher se desengañó. Años más tarde declararía que aquella visita a Downing Street fue producto de haber consumido demasiadas drogas en esa época y que, a final de cuentas, estaba desencantado con la política: “Nada cambió realmente, ¿verdad? La misma porquería un día diferente”. En 2010 dijo que no votaría porque nadie lo convencía y, en 2021, admitió que Tony Blair fue “el último que tuvo sentido” para él.
Después de haber sido parte del marketing cultural del laborismo de los noventa, actualmente se asume como apolítico y, cada que canta “Don’t Look Back in Anger”, mira a la política con distancia.
Periodista y sociólogo. @viloja