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Cuando Jorge Romero, líder de Acción Nacional, en el “relanzamiento” del partido dijo que ahora su alianza sería con la ciudadanía, me recordó cuando patéticamente hace más de una década, mis Chivas presentaron a la afición como refuerzo. El inconsciente político traicionó al PAN al revelar que en realidad su alianza hasta ahora ha sido con las élites y no con el pueblo.
Este rebranding panista no es más que una reparación cosmética: no cambia sus estatutos, sólo se dice aliado de la ciudadanía porque ahora te puedes afiliar mediante una aplicación y llaman a los jóvenes a sumarse bajo la promesa de ser un partido moderno.
Pero si lo vemos en términos bíblicos —que tanto gustan a los panistas—, en realidad sólo vertieron vino nuevo en odres viejos.
Uno de los momentos estelares del evento fue cuando presentaron su nuevo lema: “Patria, Familia y Libertad.”
Acción Nacional tuvo desde su origen dos vertientes: una liberal, encarnada por Gómez Morin, y otra conservadora-católica, representada por González Luna. Con el tiempo, y con la creación de grupos como El Yunque, esta última corriente se impuso. Hoy, bajo el disfraz de modernidad, el PAN regresa a esa raíz ultraconservadora.
El uso de “Patria y Familia” no es inocente. Fue usada por Mussolini en su régimen fascista en Italia, precisamente en los años en que se fundaba el PAN. Aunque “Dios, Patria y Familia” no fue un lema oficial, aparece en diversos materiales propagandísticos del fascismo.
Algo similar hizo el régimen de Vichy colaboracionista en Francia con “Trabajo, Familia y Patria”. En Brasil, el integralismo de los años 30 también adoptó “Dios, Patria y Familia” y lo mismo hizo el dictador portugués Salazar.
El PAN sólo cambió “Dios” por “Libertad” para sonar menos confesional y tratar de apegarse al laicismo. Pero el espíritu es el mismo: el orden moral, la familia tradicional y el miedo al cambio.
La palabra “Libertad” suena bien, pero en su contexto remite más a la libertad de mercado. Es la misma “libertad” de Javier Milei en Argentina o de Donald Trump en Estados Unidos.
El PAN busca sumarse a esa ola global de ultraderecha que hoy gobierna en Italia e Israel, y que marca distancia de las agendas progresistas. Con este lema, Acción Nacional muestra su simpatía por discursos autoritarios que, paradójicamente, son antiliberales.
El nuevo PAN habla de futuro, pero mira al pasado: a un país anterior a la Segunda Guerra Mundial, al auge del nacionalismo religioso, a la nostalgia de los valores perdidos.
No hay transformación de fondo: no hay nuevos estatutos, no hay renovación interna. Sólo hay nuevo logo, nuevo lema y viejas inercias.
Acción Nacional cree que cambiando su imagen la gente olvidará lo que han sido. En realidad, lo que necesitan es una refundación, pero esto semeja mas una refundición.
Periodista y sociólogo. @viloja