El primer tren llegó a Querétaro en 1881, como parte de la modernidad impulsada por el régimen de Porfirio Díaz. Más de 140 años después, este domingo se dio la inauguración simbólica de la construcción del Tren México-Querétaro, una obra anhelada desde hace sexenios. Más allá del impacto que tendrá esta obra, primero tenemos que atender el mensaje político que se dio en este evento.

Se libró una batalla simbólica por el discurso político para demostrar de quién era la obra. Siendo de carácter federal, el gobierno estatal de Mauricio Kuri no se quiso quedar fuera del festejo y quiso ser protagonista.

Cabe recordar que el panismo local ha criticado desde hace tiempo el Tren Maya y otro tipo de infraestructura que ha construido la autodenominada Cuarta Transformación. Sin embargo, ahora que toca a Querétaro una de estas obras, cambian su postura y se quieren adueñar discursivamente de esta, tras el fracaso de Paseo 5 de Febrero.

Desde que se anunció la visita de la presidenta para dar el banderazo de salida, se especuló sobre el lugar. Aunque la capital del estado, gobernada por Acción Nacional, parecía la opción lógica, a media semana se rumoreó que sería en San Juan del Río, también panista. Finalmente, se confirmó que sería en Pedro Escobedo, gobernado por Morena. En política no hay casualidades, sólo mensajes claros.

Era evidente que la obra tenía que ser iniciada en un municipio gobernado por el partido de la presidenta y no dejar que fuera una fiesta azul, como así lo pretendía el gobernador Mauricio Kuri, al desearlo en San Juan del Río o en Querétaro.

Aún le duelen los abucheos de hace más de un año. Es algo que su ego político no ha podido subsanar y, por eso, quería blindarse en un municipio propio, con su gente, como si fuera su estadio.

Y ahí hay una batalla simbólica, y la presidenta no permitió que fuera una fiesta de Acción Nacional. Hubo porras al góber, pero también hubo abucheos, hasta que la presidenta intervino. Sin embargo, éstos seguirán presentes para el gobernador, que no encuentra la fórmula de la alquimia para convertirlos en aplausos y deberá acostumbrarse a ello en la recta final de su sexenio.

Por otra parte, este tren ha sido anhelado desde el gobierno de Ignacio Loyola Vera, pero se archivó el proyecto.

Ahora, con la apuesta a la movilidad por tren, como en Europa o China, para dejar de depender del transporte automotriz, se construirán 226 kilómetros: una estación en la Ciudad de Querétaro, nombrada “La Corregidora” a petición de la presidenta; otra en San Juan del Río; un punto intermedio en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro; y, finalmente, en la Ciudad de México, todo en un trayecto de aproximadamente dos horas. Esperemos que esto alivie el tránsito en la carretera federal 57, que es un caos transitarla.

Periodista y sociólogo. @viloja

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