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Hay un viejo blues de casi cien años, escrito por Jimmy Cox, que dice: “Nadie te conoce cuando estás caído y sin un quinto”. En una situación parecida parece estar José María Tapia: después de disputarle a Felipe Fernando “Felifer” Macías la presidencia municipal y rozar los cuernos de la luna, hoy enfrenta el ostracismo político al que lo empujó una frase seca de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Irrumpió en la política queretana a base de billetazos: entre el 22 de junio y el 1 de diciembre de 2023 invirtió en Facebook e Instagram entre 897 mil 800 y un millón 107 mil 13 pesos para posicionarse en la encuesta de la 4T rumbo a la alcaldía. No faltaron porristas, brigadas, volantes por toda la ciudad. Le alcanzó para ser el ungido. Ya en campaña fue el segundo que más gastó, detrás del propio Felifer.
Con ese capital político y mediático, Tapia creyó que venían tiempos mejores en una 4T que pintaba de guinda el mapa; y eso, pese a que desde tiempo atrás lo señalaban por el manejo del Fonden, incluida aquella foto publicada por Reforma donde aparece en Las Vegas mientras México lidiaba con desastres.
Parecía algo olvidado hasta que las lluvias que castigaron el oriente del país y también la Sierra Gorda de Querétaro reactivaron la discusión. La oposición repitió su estribillo: “con el Fonden esto se habría resuelto”. La presidenta contestó que en el gobierno de Peña Nieto ese fideicomiso fue sinónimo de corrupción y por eso se extinguió. Bastó eso para que los reflectores se clavaran en Chema Tapia. De pronto, el coro se deshizo: pocos lo defendieron, apenas voces sueltas, alguna declaración que decía que a él no le encontraron irregularidades. Lo demás fue silencio. Y llegó la parte más cruel del oficio: mientras sirvió para la contienda electoral fue estrella en ascenso; cuando la jefa del Ejecutivo lo emparejó con la narrativa del sexenio anterior, se quedó sin micrófono y sin banca.
Desde la dirigencia de Morena con Luisa María Alcalde se subrayó que no es militante y que su candidatura en Querétaro fue por coalición; del otro lado, el Verde también se desmarcó. Desconocimiento en cadena. La política, en su versión más cruda: instrumental cuando conviene, desechable cuando estorba. No es patrimonio de la 4T ni de tal o cual partido; es una vieja maquinaria que se traga a quienes confunden el aplauso de campaña con lealtades duraderas.
Tiene razón el blues de Jimmy Cox: nadie te conoce cuando estás caído y sin un peso. Así se escribe la moraleja de este capítulo queretano: mientras eres funcional te sostienen con cargos y reflectores; en cuanto el costo de defenderte supera el beneficio de tenerte, te borran de la marquesina y te dejan a solas con el eco. Nobody knows you when you’re down and out.
Periodista y sociólogo. @viloja
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