El mensaje de texto que el gobierno del estado envió directamente al celular de los queretanos, junto con las declaraciones del gobernador que intentan chantajear a la opinión pública —que responsabilizan a la oposición si llegase a faltar el agua en Querétaro—, evidencian que el régimen atraviesa la fase de la ira, según el modelo Kübler-Ross sobre la pérdida.

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación: ese es el recorrido completo. Pero el gobierno parece atrapado en una espiral entre las dos primeras etapas, con pocas señales de avanzar hacia una solución real en un tema fundamental para Querétaro.

El mensaje delator de la furia gubernamental, donde explican qué es El Batán, era lo que debieron hacer desde el principio —y con otra estrategia—; pero lo hacen ahora, desesperadamente, al no tener el control de la narrativa política.

Sigue la ira, donde la frustración política toma forma y se refleja en el discurso. Si no hay agua en el futuro, es culpa de la oposición… casi casi dicen desde el Palacio de la Corregidora. Si la presidenta Sheinbaum dice algo sobre El Batán, lo usan para promoverlo. La desesperación es mala consejera en política, y quien se enoja, pierde.

¿Qué fase continúa? Debería ser la negociación con la realidad, pero ¿un gobierno que en este tema se ha mostrado autoritario lo hará?

Eric Gudiño, secretario de Gobierno, ya charló con Noroña, presidente del Senado. Pero ¿el flamante secretario tendrá la humildad de acercarse con otros actores políticos, como el legislador federal Gilberto Herrera, que ha sido uno de los principales opositores? ¿Se acercará con algunos otros políticos de Morena e intentará romper el bloque opositor? ¿Tendrá la inteligencia de dialogar con los ciudadanos que piden una audiencia pública para hablar sobre El Batán? ¿Tendrá la sagacidad política de hablar con los científicos que se oponen al proyecto?

De entrada, van atrasados, porque esta campaña de querer explicar cómo funcionaría El Batán debió haber sido desde el inicio, en vez de apostarle al autoritarismo comunicativo. Contratar agencias digitales en vez de expertos en política se paga caro.

En esta posible fase de negociación, ¿qué pudiera hacer el gobernador Mauricio Kuri? Una auténtica consulta avalada por autoridades electorales sería lo ideal, no una farsa de sondeo. ¿Aceptaría hacer cambios al proyecto, retomar las observaciones técnicas y financieras de la oposición tras un amplio diálogo? ¿Habrá una nueva política ambiental? ¿Una nueva política en materia de captación de agua?

Soy escéptico, sinceramente, porque hasta ahora ha dominado la soberbia política.

De seguir la ruta del fracaso, seguirían la depresión y la aceptación de un proyecto fallido. Si todo sigue igual, es evidente que el sexenio de Kuri habrá terminado más entre sombras que con las luces que su arrollador triunfo prometía en 2021.

Periodista y sociólogo. @viloja

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