Hablemos hoy del miedo, ¿les parece? El miedo esa emoción que todos sentimos, pero que nadie quiere ver o reconocer, que nos avergüenza confesar a los demás o que hacemos todo tipo de esfuerzos para eliminarlo de nuestra vida. Pero, ¿qué es y para qué sirve? Su función principal tiene que ver con la sobrevivencia, la defensa y la adaptación, pero que también, tiene que ver con la falta de talento, creatividad e innovación, biológicamente, con el envejicimiento prematuro, ya que al momento en que se activa la amígdala cerebral, todos nuestros mecanismos de defensa entran en acción y dejamos de pensar con claridad, produciendo adrenalina, noradrenalina y cortisol, entrando a nuestras cuatro respuestas ante el miedo: lucha, huída, parálisis o sumisión. En pocas palabras, sentimos antes de pensar. El problema es que la ansiedad, angustia, estrés, pánico o fobia, que son distintos tipos de miedo, provienen en su gran mayoría de la imaginación y no de la realidad.
Los miedos principales del ser humano tienen que ver con distintas necesidades o motivaciones. Estos son:
Motivación principal | Miedo asociado | Algunos miedos derivados |
1. Satisfacer las necesidades básicas | A la no supervivencia | A perder el trabajo A no llegar al fin de mes |
2. Pertenencia o afiliación | Al rechazo | A ser distinto A tener éxito o destacar A relacionarse con otras personas |
3. Al logro | Al fracazo | Al error A asumir riesgos A tomar decisiones A no ser reconocido por el trabajo. |
4. Poder, influencia | A la pérdida de poder | A perder un puesto de influencia A no ser reconocido socialmente |
5. Todas las anteriores | Al cambio | A un cambio de función A un cambio de localización |
Estos miedos, pueden ayudarnos cuando nos impulsan al crecimiento para alcanzar la meta perseguida, pero siempre corren el riesgo de volverse tóxicos y acabar con nuestro talento y felicidad.
En la cuestión profesional impacta definitivamente con los resultados y hoy, lo que se necesita en el mercado laboral, es gente creativa, capaz de adaptarse al cambio e innovar.
A nivel físico, las consecuencias son terribles, ya que afecta directamente al sistema digestivo, inmunológico, aumento de las cardiopatías, afecciones en riñones y vías urinarias, entre otros.
¿Qué hacemos entonces? Soltar los apegos, el desarraigo, dejar de tener miedo a perder lo que se tiene. Cuando el valor que uno tiene de sí mismo radica en lo que se posee, el miedo a perderlos se convierte en el terror de que la vida misma pierda sentido. En cambio, cuando valoramos al ser, antes que al tener, se genera autoconfianza y constituye un escudo contra los miedos.
También es importante observarlos, ya que necesitamos darnos cuenta de la película que nos contamos y ver la parte real de la historia. Fundamenta tus miedos, es decir, ¿cuáles son las evidencias de que son reales? Ver que pensamientos, sentimientos y reacciones nos generan. Anótalos.
En cuanto a la cuestión física, es importante aprender a respirar. La respiración 4-7-8 es maravillosa. Consiste en inhalar profundamente por la nariz contando hasta 4, retener el aire contando hasta 7 y exhalar por la boca contando hasta 8. Haces esta respiración 4 veces, 4 veces al día. El mindfulness también es una muy buena herramienta. Puedes buscar en internet información. Ponte a dieta de pensamientos negativos, críticas, juicios y quejas. Haz ejercicio, ya que esto libera endorfinas y disminuye el estrés. Pero sobre todo, ¡convierte tus miedos en desafíos!