Ulrich Richter

Corrupción derriba partidos y gobiernos

La justicia española consideró probado que una caja B desde 1989, y el tesorero que la administró, Luis Bárcenas, fue condenado a 33 años de prisión, no sólo alcanzó a este último, sino a su propia cónyuge,

03/06/2018 |02:07Ulrich Richter |
Redacción Querétaro
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Es cierto: la corrupción ha derribado este viernes al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. En efecto, los opositores encabezados por Pedro Sánchez reunieron el apoyo de una mayoría a su moción de censura después de que la justicia española dictara una sentencia histórica condenando al Partido Popular, PP, de Rajoy, en un caso de corrupción.

El Partido Socialista Español promovió la moción de censura de manera inmediata tras conocerse el fallo judicial de la trama Gürtel, un caso de corrupción consistente en una red de empresas que de 1999 a 2015 sobornaron a cargos del Partido Popular para obtener contratos públicos de toda índole. La condena llegó hasta el partido conservador español obligándolo a pagar más de 245,000 euros como “partícipe a título lucrativo” de la trama. La justicia española consideró probado que una caja B desde 1989, y el tesorero que la administró, Luis Bárcenas, fue condenado a 33 años de prisión, no sólo alcanzó a este último, sino a su propia cónyuge, que acaba de salir de prisión después de exhibir una fianza.

Dicho precedente histórico se desarrolló como una avalancha en la que Pedro Sánchez formó una coalición con la izquierda radical de Podemos, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos, y así llegar a la presidencia.

En nuestro querido México no pasa lo mismo: los casos de corrupción no han podido llegar a la justicia porque han sido encapsulados; tan sólo recordar el discurso de despedida de la Procuraduría General de la República del jurista Raúl Cervantes, quien señaló que el caso Odebrecht ya estaba listo, meses después no ha pasado nada.

El hartazgo de la ciudadanía mexicana en estos casos puede ser la fuerza que, al igual que los españoles, cambie este 1° de julio por un gobierno que combata la corrupción; no sólo eso: si miramos las preferencias electorales, el partido del gobierno, PRI, sufrirá los embates no de la justicia, sino de la ciudadanía a través de las urnas.

Andrés Manuel López Obrador ha tomado como uno de los principios emblemáticos de su campaña el combate a la corrupción. Hoy la ciudadanía que integra el poder ciudadano a través del voto podrá dictar el precedente histórico de su hartazgo en contra de la impunidad y la corrupción, enarbolando así el despertar ciudadano.

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