Esta semana, el Gobierno del Estado de Querétaro entregó al Congreso local el Paquete Económico 2026, un documento que marcará el rumbo del Estado durante los próximos doce meses y que, más allá de cifras y porcentajes, funciona como un verdadero espejo político: qué se prioriza, a quién se escucha y qué futuro se traza.
El 15 de diciembre es la fecha límite para que las y los diputados aprueben el presupuesto. Desde ahora y hasta ese día es la oportunidad para que el debate legislativo se convierta en un ejercicio de representación ciudadana real.
Para 2026, el propuesto asciende a 64 mil 617 millones de pesos, un incremento del 3.9% respecto al año anterior.
Uno de los capítulos más sólidos del paquete es educación. La administración estatal ha aumentado el presupuesto del sector 40% durante este periodo, destinando ahora 18 mil 427 millones de pesos. Por quinto año consecutivo, la UAQ tendrá un aumento, ahora del 13%, alcanzando 1,525 millones de pesos.
El Paquete Económico es siempre un intento por equilibrar prioridades, aumentar en un rubro o sector muy seguramente afecta o impacta en otros, algunos de los datos de esta propuesta son:
Desarrollo Sustentable: 181 millones de pesos; Desarrollo Agropecuario: 212 millones; Obras Públicas: 279 millones; Juventud: 56 millones; Secretaría de la Mujer: 67 millones; Instituto del Emprendimiento: 13 millones; Agencia Estatal de Energía: 54 millones; DIF Estatal: 428 millones.
Para los municipios, habrá 10 mil 483 millones en transferencias, un aumento de 704 millones respecto al año anterior. Es una cifra relevante, pero también una invitación a los ayuntamientos a asumir mayor responsabilidad en temas metropolitanos como agua, movilidad, servicios públicos y manejo de residuos.
En seguridad pública, el estado propone un crecimiento acumulado del 81% desde 2021, destinado a tecnología, equipamiento y fortalecimiento del personal. De igual manera se incluye una bolsa de contingencias de 60 millones de pesos para emergencias y protección civil.
Lo fundamental del presupuesto va más allá del monto o las partidas sectoriales. Lo realmente importante es que las y los ciudadanos puedan conocer, entender y cuestionar este documento. Saber en qué se gasta y por qué.
El presupuesto es, en realidad, una gran conversación sobre el tipo de Querétaro que queremos. Y en esa conversación todos deberíamos participar.
El Congreso tiene frente a sí una prueba de representación. Estos días de comisiones, discusiones y comparecencias serán la oportunidad para demostrar que el proyecto de presupuesto no solo pasa por la aprobación técnica, también toma forma parte del escrutinio democrático.
Los números importan, sí. Pero importa más la voluntad de construir un presupuesto que refleje e integre las prioridades e intereses de todas y todos, de las comunidades rurales, los jóvenes, las mujeres, las familias, los emprendedores, las y los trabajadores, los municipios, del semidesierto, de la sierra y la zona metropolitana.
@RubenGaliciaB