El próximo domingo tendremos nueva presidenta electa, la primera en la historia de México. Este hecho sin duda deberá marcar una nueva etapa para nuestro país, una mujer en el cargo más alto de la política nacional simboliza un enorme avance en términos de igualdad, progreso y representación política.

Independientemente de quien gane el domingo, será un nuevo capítulo para México, una oportunidad más de hacer las cosas mejor de lo que hasta ahora se han hecho. Será un nuevo gobierno que puede comenzar la reconciliación nacional que tanto nos hace falta, donde se gobierne distinto, sin rencores, sin atropellos, con diálogo, para todas y todos.

Hasta ahora, mi generación ha vivido solo un par de elecciones, pero la historia siempre es la misma: los buenos contra los malos, conmigo o en mi contra, los anteriores hicieron todo mal y nosotros haremos todo bien. Qué forma tan simple y reduccionista de hablarle a una generación que entiende el mundo de forma diferente. Poco creemos en la política y mucho menos en la forma en la que intentan convencernos.

Somos una generación que ha crecido muy diferente a las anteriores, con acceso constante a una multitud de perspectivas y voces. Las experiencias que hemos vivido nos hacen pensar y actuar de manera distinta. Hemos sido testigos de movimientos sociales globales, luchas por la justicia y la igualdad, el cambio climático y con cambios tecnológicos que han transformado nuestra forma de ver el mundo.

Nos comunicamos y organizamos de formas muy diversas. Utilizamos plataformas digitales para conectarnos, compartir información y movilizarnos. Las redes so ciales nos permiten crear comunidades y apoyar causas que nos importan, independientemente de las fronteras físicas y sin necesidad de protagonismos personales.

El mundo digital le dio un significado distinto a la representación e incluso a la democracia. Para nosotros, la representación no se limita a un voto cada seis años; buscamos una participación constante y activa en los asuntos que nos afectan. Queremos transparencia, responsabilidad y una comunicación horizontal. La democracia, para nosotros, significa tener voz y voto en tiempo real, poder cuestionar, exigir y participar más allá de las urnas.

Somos la generación más informada y con mayor acceso a información que ha tenido el país. Los intentos por convencernos a lo largo de este proceso electoral han tenido poco o ningún resultado. La gran mayoría de los jóvenes no necesitamos que nadie nos convenza, ni que nos digan por quien debemos votar; formamos nuestro propio criterio, nuestra propia opinión y desde antes de que comenzaran las campañas, ya sabíamos por quién íbamos a votar.

Gane quien gane, el domingo habrá una nueva presidenta electa, que tendrá la oportunidad irrepetible de gobernar con una generación que no solo demanda cambios, sino que también está dispuesta a participar activamente en la construcción de un futuro más justo, equitativo y sostenible para México.

Google News