Estimado (a) lector(a): cada vez que se vislumbra un escenario prometedor como el que revela la Inteligencia Artificial (IA) en nuestro país —hoy tercer lugar en crecimiento de adopción de robots industriales a nivel mundial, de acuerdo al informe AI Index Report 2023 de la Universidad de Stanford—, es preciso buscar el equilibrio; potenciar bondades y mitigar riesgos.
Un estudio reciente del Instituto Belisario Domínguez de la Cámara de Senadores denominado “El uso de la Inteligencia Artificial en el Poder Legislativo”, publicado hace un par de semanas, precisamente conmina a las y los legisladores a regular su desarrollo, su aprovechamiento y la mitigación de los riesgos que conlleva.
Si bien hoy contamos con la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, lo cierto es que aún quedan muchos espacios por llenar.
La pregunta clave es: ¿qué es lo que habría que regular? Y antes aún: ¿qué es lo que habría que discutir? Entre otras cosas, los criterios para su implementación en el sector público y privado, anteponiendo los derechos laborales; los requisitos y las obligaciones con respecto a usos específicos; sus alcances y límites; la reducción de cargas administrativas y financieras para las empresas; la ruta de incentivos para facilitar un entorno favorable para la inversión en IA a corto, mediano y largo plazo; entre muchos otros factores.
Como promotor del uso de la IA en el municipio de Querétaro, considero fundamental que se discutan y acuerden criterios enfocados en la utilidad social de su implementación. El primer paso, sin duda, es subir el tema a la agenda pública y, afortunadamente, eso ya está ocurriendo; recientemente el diputado federal por Querétaro y exgobernador del estado, Ignacio Loyola Vera, presentó una iniciativa de ley para la “regulación ética de la inteligencia artificial y la robótica” —con propuestas orientadas a su buen uso—.
Queda claro, pues, que es tiempo de regular la IA y que es momento de que participes en el debate público al respecto.
No hay tiempo que perder: ¿regularnos o “morir en el intento”? ¿Qué piensas? Nos leemos en la próxima ocasión.