Rodrigo Ruiz Ballesteros

La democratización del aire

Querétaro, con su vocación aeronáutica y su ecosistema tecnológico, tiene condiciones para participar en la transformación

En la historia de la humanidad, cada vez que conquistamos un nuevo espacio se abrieron revoluciones: cuando dominamos el mar, nació el comercio global; cuando dominamos la tierra con el ferrocarril y el automóvil, se transformaron nuestras ciudades. Hoy, estamos frente a un cambio similar: la democratización del espacio aéreo gracias a los drones.

Esta tecnología ha dejado de ser un accesorio lúdico para convertirse en una herramienta transversal. Los drones ya vigilan cultivos, entregan medicinas en comunidades aisladas, apoyan en operaciones de rescate y ofrecen nuevas posibilidades para el cine y el periodismo. Lo que antes era territorio exclusivo de ejércitos y grandes corporaciones, ahora está al alcance de emprendedores, universidades e incluso estudiantes de secundaria.

Esa apertura es, al mismo tiempo, una oportunidad y un desafío. Oportunidad porque impulsa industrias emergentes y genera talento especializado. Desafío porque obliga a crear regulaciones, ética de uso y nuevas infraestructuras para que el cielo se convierta en un espacio compartido y seguro.

Querétaro, con su vocación aeronáutica y su ecosistema tecnológico, tiene condiciones únicas para participar en esta transformación. En unos días, la ciudad recibirá a expertos, académicos y empresas para reflexionar sobre este futuro inmediato en el Congreso Internacional de Drones, que se celebrará el 3, 4 y 5 de octubre en Bloque. Habrá conferencias, una carrera de drones y un espectáculo aéreo, todo con entrada 100% gratuita para la ciudadanía.

Las luces en el cielo serán espectaculares, pero lo verdaderamente importante será la conversación que abramos en tierra: ¿cómo queremos usar esta tecnología como sociedad? ¿Para mejorar la seguridad, la movilidad, la agricultura, la educación? ¿O simplemente para admirar un espectáculo visual?

Si algo nos enseña la historia es que quienes abrazan primero las tecnologías emergentes no solo se benefician económicamente, también definen la narrativa del cambio. La revolución aérea está comenzando, y depende de nosotros decidir si Querétaro la observa desde tierra firme o si se atreve a despegar con ella.

Te recomendamos