Sucede de repente
que ves el escenario.
Te sientes muy sapiente
dentro del serpentario.
Y luego cuando miras,
todos te están mirando.
De locos tú los tiras
y a ti te están tirando.
Cambiando los colores
para dejar tu sello.
Parecen estertores
de un tenue... destello.
Así marchan las cosas
en rápido carril.
De que hay olor a rosas
y tácito fusil.
Regar ese tepache
parece ser constante.
El pueblo con su empache
no trae ese talante.
Periodista