En la ideología de las derechas en general, se encuentra la promoción del miedo entre la población a fin de poder manipular las conciencias ciudadanas. Cuando la expresión de un fenómeno político no cuadra con sus intereses particulares entonces recurre, no a vislumbrar ideas creativas para confrontarlas con los presumibles adversarios, sino más bien, siempre opta por mirar la imaginación social para infundir temor. Vale decir, el miedo es un mecanismo emocional de sobrevivencia. Cuando alguien enfrenta un riesgo o peligro, el miedo le ayuda a sortearlo minimizando daños.
Sin embargo, en el contexto de la política, las derechas promueven el miedo sobre una serie de hechos, los cuales sobredimensionalizan, como el caso de la inseguridad pública, para rentabilizar conciencias ciudadanas a su favor. Para el caso concreto de Querétaro, el Partido Acción Nacional (PAN) temerariamente están utilizando palabras y frases dentro de la lógica de la guerra híbrida. Tal es el caso del siguiente enunciado: “El PAN unido y fuerte para defender a Querétaro”. Vale la pena preguntarse: ¿Defender a Querétaro de quién? ¿De los zombies, de los extraterrestres, de los herejes, del crimen organizado o de las izquierdas? Desde luego, el PAN no lo aclara...
En procesos electorales siempre la derecha recurre a “la guerra híbrida” entendida como el uso de una serie de estrategias y tácticas de enfrentamiento a fin de desestabilizar conciencias y gobiernos no acordes a sus intereses económicos y políticos. Sin embargo, cuando la derecha ha perdido el poder, como en el caso de México o en riesgo de perderlo como el caso del estado de Querétaro, entonces la guerra híbrida se intensifica al máximo, a saber: 1. Agudizar el miedo entre la población, 2. El uso de la mentira, 3. El engaño, 4. La desinformación. A estos ingredientes les sigue 5. El calentamiento de las calles ya sea a través de marchas, sabotajes, movilizaciones clandestinas, etc. 6. Cristalizar un caos sistemático en el pensamiento de la gente desde una realidad social paralela, netamente imaginaria, a otra objetivamente existente y, por último, 7. El golpe blando desde el cual se genera la sensación de vivir en la ingobernabilidad y el desorden porque todo se hace mal o todo está mal hecho. “Sólo nosotros sabemos gobernar” entonces es posible derribar un gobierno constitucionalmente legítimo.
Desafortunadamente, la derecha está apostando a “la guerra híbrida” como fórmula para recuperar o conservar el poder. En una obsesión psicopatológica el enemigo, no el adversario, es el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En consecuencia, la cultura del odio se extiende a Claudia Sheinbaum, a Santiago Nieto y a MORENA. Son la “amenaza” y el peligro para el país y Querétaro… Desde luego, la oposición tiene derecho a recuperar el poder por la vía democrática y no por una peligrosa marrullería.
Por todo lo mencionado, en el sintagma arrojado por el panismo “defendamos a Querétaro”, ojalá sea un lapsus mental ya que no convendría empañar la competencia electoral con la violencia psicológica o la violencia directa. La denuncia es vital en las confrontaciones políticas siempre y cuando no se convierta en un artero peligro. Y corresponde a los ciudadanos informarse objetivamente para evitar la tesis del filósofo alemán Heinz Bude: “Lo que mueve a uno (hoy día) a seguir adelante ya no es el mensaje positivo, sino el negativo”.