La Asociación de Comunicólogos y Periodistas de Querétaro (ACYPEQ) organizó un curso de actualización denominado: Marketing Político. A este, fui invitado, el pasado sábado 13 del mes en curso, a impartir el módulo sobre “La transición mexicana en el escenario de la pandemia y la desglobalización”. El lugar fue la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Sin duda, un acierto organizar el curso en estos momentos de incertidumbre y tensión mundial. Los periodistas y comunicólogos tienen el privilegio de obtener información de primera mano y, al mismo tiempo, tienen la responsabilidad de estar al día sobre la marcha del mundo, nuestro país y el estado de Querétaro.

En otro orden de ideas, en lo personal, al visitar la FCPYS recordé el cómo un pequeño grupo de profesores jóvenes se aventuraron, hace 40 años, a crear la carrera de sociología para formar alumnos y detonar la investigación de los hechos sociales emergentes en un estado inmerso en una dinámica de crecimiento y transformación económica, cultural y social. Los nuevos trastornos y anomias sociales fueron la oportunidad para la sociología aún desconocida en su qué hacer científico.

En el ámbito académico nació como Plantel, evolucionó como Escuela hasta configurarse hoy día como Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) ya sumadas otras disciplinas.

La sociología encontró hogar, de inicio, en la Facultad de Derecho (FD) donde se le asignó un salón de clases y un pequeño cubículo para fines académico-administrativos. Con el paso del tiempo, la disciplina cambió de lugar donde hoy se encuentra la facultad en funciones. En un terreno lodoso se construyó la dirección y un salón contiguo para la impartición de clases.

En 1984, en la Facultad de Derecho arrancó la primera generación, y, en 1985, la segunda generación lo hizo ya en su propia escuela.

En ese sentido, un elenco de profesores aportaron su saber en el aula de clases; sin embargo, solo unos cuantos optaron por estar de “tiempo completo” al cuidado y supervisión de la carrera. Estos pioneros fueron los profesores: Carlos Dorantes González (QEPD), Luis Fernando Flores Olague (QEPD), José Luis Ruiz Gutiérrez y un servidor que me sumé al grupo. Los dos primeros ya gozaban de un contrato de tiempo completo, en cambio los dos últimos estábamos a “tiempo libre”. Así era la regla laboral. Con el tiempo, tanto el profesor José Luis Ruíz y un servidor obtuvimos la plaza de tiempo completo.

Como en toda convivencia social, en este caso académica, siempre existían encuentros y desencuentros pero lo mejor de todo es la semilla ahí sembrada por la pasión intelectual de un puñado de jóvenes profesores desbordados en los debates de por donde debía transitar la sociología hasta convertirse en una escuela de pensamiento en el Bajío.

Esta era nuestra utopía acompañada de la insuficiencia salarial. No importaba, lo mejor era la pasión de encontrarnos en un espacio libertario como lo es la Universidad y tener la oportunidad de reunirnos para edificar algo nuevo. Mi invariable respeto a los colegas caídos y los aún vivientes de ese gran momento, lo demás ya es historia…

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