El fenómeno de la migración mexicana hacia los Estados Unidos es muy complejo, nada fácil de acercarse; sin embargo, sin el ánimo de agotar el tema en este espacio, tan sólo dibujaremos el contexto histórico para remontar una vacua explicación permeada por alguna ideología política.
Durante el siglo 19, Estados Unidos (EU) se orienta de acuerdo con la dinámica de su economía, hacia una política de expansionismo territorial, vale decir imperialista. Por esta razón, EU inicia una guerra armada contra México en los años de 1846 a 1847. México perdió la guerra y con esta, también se perdieron los estados de: California, Arizona, Nuevo México, Texas, Nevada, Utah y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Después del despojo, el gobierno norteamericano pagó una minúscula compensación por daños al país vencido. Para legalizar el robo se firmó el Tratado Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848.
Ahora bien, en lo social, los 100 mil habitantes mexicanos, en el otrora territorio nacional, de la noche a la mañana ya eran extranjeros que a pesar de su nueva nacionalidad fueron vejados y humillados. Desde entonces, para resistir al sojuzgamiento han innovado culturas de resistencia a la discriminación racial como el movimiento chicano y el movimiento del pachuquismo, entre muchos otros. Con el devenir de las nuevas generaciones, se ha conservado como telón de fondo la cultura mexicana en convivencia con la cultura dominante sajona. De esto, se desprenden formas de lenguaje, de vestimenta, de expresiones culturales, de convivencia, etc.
Hoy día, los analistas del tema aseguran que los hispanoparlantes son alrededor de 55 millones en EU, de los cuales el 10.3% son chicanos. Adentrarse en la cultura chicana es hacerlo a un hecho social deslumbrante y apasionante. Para este efecto, se sugiere la lectura de un libro clásico. El título es Chicanos: una minoría nacional explotada. El autor es el profesor Gilberto López y Rivas, (editorial Nuestro Tiempo, 1971.)
Por otro lado, los hoy migrantes surgen en el ambiente de la posguerra, es decir, después de la segunda guerra mundial (1939-1945), el imperialismo norteamericano necesitó de mano de obra especializada y barata que contribuyera al aceleramiento del desarrollo económico, así es como nacen los “braceros” para posteriormente convertirse, una vez concluido el acuerdo legal de migración entre los gobiernos de México y EU, en “espaldas mojadas” (wetbacks), ya que a posteriori continuaron ingresando de forma “ilegal” según el gobierno norteamericano. Actualmente, el estigma es más despiadado para los compatriotas, a saber: delincuentes, criminales, narcotraficantes, invasores, violadores y más. El asunto es más engorroso cuando el imperio sajón está en decadencia y no es la potencia de antes, lo devora la crisis económica, política, social y cultural, aunque conservan poderosas fuerzas armadas.
Ese es el contexto de las calamidades del fenómeno migratorio y pudiera ayudar a comprender mejor el caso de la movilización en Los Ángeles, California. Ya en otro momento analizaremos el caso.