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La conmemoración del 106 aniversario de la Constitución Política de México, efectuada en el Teatro de la República en Querétaro, mostró un rostro inusual en el ámbito de la cultura política del país. Los eventos acartonados del pasado, al parecer, están pasando de moda ya que las voces de los representantes de los tres poderes de la nación ofertaron sendos discursos divergentes y hasta antagónicos entre sí.
Empecemos por el mensaje de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández.
La misiva se fincó en una terminología técnico/procedimental reduciendo el alcance teórico, filosófico y jurídico de la ciencia del derecho.
Con esa terminología vacía y sin un sentido humano, la ministra-presidenta, de cara a la Constitución de 1917, se olvidó del espíritu social que alentó y motivó una lucha armada, en 1910, en busca de justicia social. Ahora se entiende el porqué, el Poder Judicial se convirtió en un hoyo oscuro en donde los ministros no voltean a ver a los ciudadanos y población en general. Por esta razón, las cárceles se nutren de víctimas de ese vacío discurso y los corruptos andan sueltos gozando de impunidad.
El código simbólico, por medio de una ideología política, en la mente de Piña Hernández se convirtió en un mensaje dirgido al presidente de la república interpelándolo con un lenguaje rígido y hasta planchado.
Por otra parte, la oportunidad para Santiago Creel fue incurrir en la “retórica”, recurso que los abogados utilizan en su formación a fin de desarrollar una habilidad en la profesión para defender a sus clientes. En la retórica, la verdad está ausente, en consecuencia la exposición de Creel fue un simulacro pretendiendo sorprender a uno que otro ciudadano.
Recurrió a un conjunto de conceptos políticos como el diálogo, el sentido de la política, el objeto de la democracia, el estado de derecho, etc., etc., etc., Con un lenguaje de sentido común, Creel dio su versión de la revolución de 1910 del siglo XX. Entonces, de cara a la Constitución del 17, recurrió a la “retórica” en lugar de a la PARRHESÍA, es decir al discurso veraz en el orden de la política (Michel Foucault). Así las cosas...
Por último, AMLO destacó el espíritu de las leyes contenidaso en la Carta Magna a saber: los artículos 27 y 123 los cuales son el claro reflejo de una lucha armada campesina primordialmente y de un juvenil movimiento obrero. Dichos artículos constitucionales fueron violentados por el proyecto político-económico neoliberal en el transcurso de más de tres décadas. El saldo fue la expansión de la pobreza extrema y la desigualdad social. A este enunciado, el de la cuarta tranformación, se sumó el del presidente de la mesa directiva del Senado de la república Alejandro Armenta Mier.
La confrontación de ideologías políticas en el seno del Teatro de la República no se había visto en la tradición de la política mexicana. Esto es lo deseable, sin duda, para el país.
Director de Cetespo