Mientras el mundo se desdibuja por confrontaciones bélicas, el estado de Querétaro hace de las suyas en el territorio de la lucha política. Caracterizada por el desorden, ha iniciado una urdimbre de campañas políticas con el denominador común del “culto a la personalidad”. En el escenario de las candidaturas, el careo entre un cúmulo de aspirantes, a la gubernatura del estado de Querétaro, hacen todo lo posible por llamar la atención de ser los mejores perfiles mostrándose por encima de sus respectivos partidos políticos.
De ello, pensemos en lo siguiente. Primero, la oposición política presionará para que el tema del agua se convierta en un espacio estratégico cuyo centro neurálgico sea el proyecto de El Batán. En este sentido, el centro de los ataques será el gobernador del estado a través de un movimiento sincronizado en un conjunto de plataformas digitales, como noticieros o podcasts donde la crítica a la persona es no solo frontal sino también letal.
Ahora bien, se encara al gobernador del estado porque se le considera el eslabón más débil en las luchas políticas del porvenir. El adversario no es el PAN sino el gobernador al cual es y será indispensable “bajarle las defensas” a través de la crítica severa y directa. Una vez en estado de “fatiga”, entonces será más factible vencer a Acción Nacional en las urnas. Mientras tanto, en el discurso de una fracción de la oposición se vislumbra una alianza entre Morena y el PRI debido a tres factores posibles: 1. Morena, a nivel nacional, es un movimiento que logró conjuntar a dos ideologías, a saber, la del nacionalismo revolucionario y la vieja guardia de la izquierda mexicana. 2. Operadores políticos afirman la existencia de priistas en todos los partidos políticos del estado. Tal vez, la idea sea “repatriarlos” al tricolor para fortalecer electoralmente la posible coalición con Morena. 3. Y las personalidades del antiguo priismo ya están en acción.
En esa misma dirección, los cabos sueltos, es decir los posibles candidatos, ya de suyo identificados a través de acciones individuales, orientan sus baterías según sus apremios, unos guardan la cordura política y otros confrontan al gobernador mismo con temas como el agua, la obra Paseo 5 de Febrero, el contenido del discurso, etc., etc… Una de las fragilidades del espíritu del tiempo de hoy día es la incongruencia, en el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Carlos Marx definió a este como un aventurero político. Este es el riesgo.
Por último, los posibles candidatos del partido dominante en el gobierno del estado, es decir el PAN, están intentando, cada uno por su lado, llevar agua a su molino. La amenaza para Acción Nacional es la división interna de las diversas corrientes. No le queda más que recurrir al cónclave como siempre lo han hecho. Si se altera la naturaleza de su tradicional estructura dando paso a una pedacería política lo cual consolidará su exterminio de lo poco que queda del blanquiazul en el país. La batalla por el poder está en marcha…