El saludo. Querida “República”: una señal es un indicio, un signo, un aviso que se percibe o se comunica; es una nota que le ponemos a las cosas consciente e inconscientemente.
El mensaje
¿Qué señales consideras que acompañan la primera elección judicial en México del próximo 1 de junio? Y más todavía: ¿las señales que detectas te llevarán a votar, o a no hacerlo?
Señales van y vienen durante las últimas semanas; acompañadas de no poca estridencia. “Es una farsa”, “es votar a ciegas”, “surge de un capricho”, “es una necesidad histórica”, “vamos a hacer el amor electoralmente el próximo 1 de junio en materia electoral y cada vez lo haremos mejor”.
La narrativa de unos se orientó a persuadirnos de la necesidad de destruir un Poder Judicial corrupto, elitista y capturado; la de otros, a convencernos de que ahora tendremos uno más corrupto, más elitista y más capturado por el crimen organizado y sus alianzas intolerables.
Te aconsejo alejarte de todo este ruido; solo entonces serás capaz de reparar más en las preguntas, que en las respuestas.
¿Se nos está invitando a participar en una elección democrática?
¿Tendremos siquiera la oportunidad de ejercer un voto libe y consciente?
¿Existen las condiciones que garanticen una jornada electoral equilibrada a pesar de que el proceso -electoral- no lo haya sido?
¿Por qué ya no serán mis vecinos quienes cuenten los votos?
¿Por qué en esta ocasión no podré conocer de manera inmediata los resultados de mi casilla electoral?
¿Alcanza la responsabilidad ciudadana para revertir la irresponsabilidad manifiesta del árbitro electoral?
¿Las ministras y ministros electos responderán al “pueblo sabio” o a la ley?
¿Por qué no se actuó ante la infiltración del narcotráfico en el proceso electoral?
¿Nuestro voto contribuirá a lograr un Poder Judicial más o menos profesional e independiente del que tenemos?
¿Nuestro sufragio se alineará a un México mejor o peor del que tenemos?
Lo cierto es que este proceso electoral marcará el inicio de una nueva era para el sistema judicial mexicano. Lo importante, como todo en la vida, es que la decisión sea tuya; que sea lo más informada posible, que la razones, que obedezca a tu propio criterio y que responda a tu amor por México.
La despedida
Querida “R.”: piensa en el día después de la elección y ubícate en la decisión que brinde más tranquilidad a tu conciencia. Informarte y reflexionar antes de decidir votar o no hacerlo, es un acto obligado de responsabilidad ciudadana.
La firma
Tu amigo: “El Discursero”.
P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.