El saludo. Querida “República”: de unas semanas para acá se percibe un ánimo beligerante en el oficialismo; todo un abanico de hostilidades conformado por luchas de poder, desaires públicos, “fuego amigo”, agendas propias, bloqueo a reformas presidenciales, actos proselitistas, frivolidad, despilfarro, excesos, afiliación de exmilitantes “prianistas”, corrupción, huachicol transfronterizo, cancelaciones de visas, resistencia a la obediencia, amenazas veladas y “manotazos en la mesa”.

El mensaje. La rebelión en la “granja color guinda” está a todo lo que da; pero los “golpes de autoridad” para controlarla, al parecer, no se quedarán más en la chistera. Las presiones arancelarias de nuestro “vecino del norte”, sumadas a las luchas por el control del “movimiento político” que encabeza y la resistencia de quienes se niegan a reconocer su liderazgo, hicieron mella en la Presidenta y en su “línea de flotación”.

La primera reacción se dio en el marco del consejo nacional celebrado a inicios de este mes, cuando envió una carta a la plana mayor de su partido que fue leída, íntegramente, por la presidenta morenista Luisa María Alcalde. Su exhorto, con tono aleccionador, tuvo destinatarios directos a los que no fue necesario nombrar por nombre y apellido. Anteponer la unidad, la humildad y el servicio público a la ambición personal resumen la esencia de su mensaje; en suma, alejarse de lo que denominó: “la parafernalia del poder” -vuelos en primera clase, vuelos en helicóptero, “turismo político”, ostentación, nepotismo y un largo etcétera-.

La segunda reacción parece ser mucho más “quirúrgica” y con menos costos políticos directos para la figura presidencial: los funcionarios y empresarios exhibidos por sus “relaciones intolerables con el crimen organizado”, las visas canceladas y los señalamientos directos correrán a cuenta del gobierno y las agencias estadounidenses.

El “golpe de autoridad” calculado o no, será inducido, liberará obstáculos, depurará “listas negras” y reordenará (“con A”) el tablero político del poder.

Con todo lo que sucede en “La Cosa Pública” -el juego del poder, la manipulación de las masas, la censura y el chantaje-, confirmamos que “Rebelión en la granja”, de George Orwell, continúa siendo una obra extremadamente vigente para nuestra vida pública.

La despedida. Querida “R.”: tú sabes bien que, independientemente de colores partidistas, el poder se le seguirá “subiendo a la cabeza” a muchos funcionarios públicos y “representantes del pueblo”, quienes continuarán utilizando sus posiciones para obtener beneficios personales.

Yo solo puedo aconsejarte algo: rebélate de todas estas “granjas”. Ten presente que tú -al igual que todos- puedes ser corrompida; siendo consciente de ello, combate el autoritarismo y la corrupción con tus decisiones éticas y cotidianas.

La firma. Tu amigo: “El Discursero”.

P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.

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