El saludo. Querida “R.”: “ahorita no, luego lo vemos”, “déjalo así, no urge tanto”, “ya no le muevas, luego vemos qué pasa”, “ponle pausa”. Todas son frases de uso cotidiano que adquieren mayor o menor gravedad, según el tema, el ámbito y la intención con la que se expresen.
El mensaje.
Hoy, para nuestro pesar, “La Cosa Pública” se rige más por la pausa, que por la continuidad.
Hablo de interrupciones en el movimiento, en la acción, así como en la responsabilidad del ejercicio público; de “amplios paréntesis”, de chantajes e interrupciones no justificadas.
¿Cuáles te vienen a la mente?
Quizá la pausa en la compra de medicamentos consolidados en nuestro país durante el gobierno del expresidente López Obrador, como parte de su política de austeridad. Revelándose, más tarde, que durante su sexenio se gastó 29% más que en el de su antecesor, dejando sin surtir 15 millones de recetas —cinco veces más que Enrique Peña Nieto—. Hoy la presidenta Claudia Sheinbaum regresó al modelo de compras consolidadas para adquirir medicinas, con un nuevo rediseño del proceso y con nuevos atrasos en el mismo.
Seguramente recuerdas las pausas en la entrada en vigor de los aranceles anunciados por el presidente Trump, celebradas del lado mexicano con movilizaciones en el Zócalo capitalino. La realidad es que sigue en juego una economía de miles de millones de dólares, que está siendo afectada como resultado de una decisión unilateral —afectando millones de vidas—. Un juego perverso alimentado por ventajas políticas y comerciales, así como por la corrupción, “las alianzas intolerables con el narcotráfico”, las culpas y las ofrendas de un “populismo sin límites” en ambos lados de la frontera.
Probablemente recuerdes la pausa en las relaciones con España, anunciada por el propio expresidente López Obrador debido a que el rey Felipe IV se negó a disculparse por los crímenes cometidos durante la conquista; o en las relaciones con Perú, al no reconocer a Dina Boluarte como su presidenta. Misma “pausa” que decidió aplicar en su momento con los embajadores de Estados Unidos y Canadá en nuestro país —en ambos casos, por sus críticas a la reforma al Poder Judicial—.
Mas recientemente vimos las consecuencias de la pausa en los trabajos de mantenimiento mayor del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, evidenciados por las fuertes lluvias y provocados, en buena medida, por el desvío de la tarifa de uso aeroportuario para pagar las indemnizaciones e intereses provocados por la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
La despedida.
Querida “R.”: cuídate de todas esas pausas motivadas por los caprichos ideológicos y por las ansias de poder de quienes conducen “La Cosa Pública”; bien harás en construir un proyecto de vida basado en la continuidad.
La firma.
Tu amigo: “El Discursero”.
P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.